ESCALONILLA EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

 

Escalonilla en la Guerra de la Independencia. Año 1808.

Mariano Esteban Caro

El Cardenal Borbón Arzobispo de Toledo.

El Cardenal Luis María de Borbón, Arzobispo de Toledo desde el año 1800 hasta 1823, era cuñado de Godoy y el único vástago real que permanecía en España en mayo de 1808. Aceptando los hechos consumados y a la espera de que cambiaran las circunstancias, en carta de 22 de mayo acataba la dinastía impuesta por Napoleón y juraba fidelidad a José Bonaparte.

Derrotados los franceses en Bailén el 19 de julio de este año, el Cardenal Borbón pasa a la ofensiva y como presidente de la Junta Provincial, en el otoño de 1808 organiza una colecta en toda la diócesis de Toledo para apoyar a los ejércitos nacionales. El prelado contribuyó con 60.000 reales al mes, 3.519 onzas de plata y el producto de la subasta de su pectoral. La catedral toledana se comprometió con 80.000 reales al mes.

Don Luis María de Borbón se unió a la Junta Central del Reino, el día 3 de diciembre de 1808, siendo elegido el 20 de febrero del año 1812 presidente de la Regencia del Reino, sancionando, en condición de tal, la Constitución promulgada por las Cortes de Cádiz el día de San José de este mismo año.

La carta del Cardenal y sus comisionados en Escalonilla.

La carta del Cardenal Borbón, convocando a los toledanos a colaborar con los ejércitos nacionales, lleva fecha de 17 de octubre de 1808. Llegó a Escalonilla pocos días después. En ella se decía a las autoridades locales que almacenaran el grano recogido, fijando edictos en los lugares de costumbre para avisar a los posibles compradores. Lo que no se vendiera debía trasladarse a la cabecera de partido y el sobrante a Toledo. Según esta carta, si el traslado resultaba muy gravoso, el grano se depositaría en casas de probada honradez, aunque gran parte de lo recogido se molió para venderlo como pan.

Para excitar los ánimos de las gentes del pueblo, vinieron a Escalonilla dos comisionados del Cardenal Borbón. Eran don Diego de Lerma, teniente coronel de caballería, y el canónigo toledano don Francisco Díaz Ceballos. Ellos fueron los encargados de recoger los donativos en metálico y otros ofrecimientos de personal y armamento.

La colecta en la provincia.

En toda la provincia de Toledo se recaudaron 24.827 fanegas de trigo, 3.530 de cebada, 166 de centeno, 23 fanegas de tranquillón (mezcla de trigo y centeno), 20 fanegas de avena, 1.409 arrobas de garbanzos y 17 carros de paja. Además del grano y las aportaciones en metálico, hubo otro tipo de donativos. En Olías ofrecen ganado para carne y 20 soldados del pueblo. El cura de Azaña (hoy Numancia) dio su caballo con silla y brida. En otros pueblos se dan pistolas, sillas de montar, hilas, camisas, vendas, pistoleras y cañoneras.

Fue destacada la aportación de los párrocos, uno de los cuales en 1808 escribió un catecismo patriótico. Destacó la cantidad de dinero aportada por el párroco de Escalonilla D. Luis Carlos de Zúñiga.

La aportación de Escalonilla.

Los habitantes de Escalonilla en el año 1808 se habían reducido a 1.372. Se dedicaban a la agricultura en verano y otoño y a los telares en invierno y primavera.

Para apoyar a los ejércitos españoles en su lucha contra el invasor francés, el pueblo de Escalonilla dio 311 fanegas de trigo y una arroba de garbanzos. En cuanto a los donativos en metálico, el párroco hizo una primera entrega de 1.500 reales, aportando posteriormente otros 500. El sacerdote D. José Palomo Guío dio 40 reales. De la fábrica de la parroquia salieron 200 reales y la obra pía de la misma aportó 600 reales. Isabel López, vecina de Escalonilla, colaboró con 20 reales y del resto de los vecinos se recogieron 1.900 reales en donativos no superiores a 15 reales por persona.

La aportación de D. Carlos de Zúñiga, párroco de Escalonilla, así como la de los fondos parroquiales, fue realmente cuantiosa, si se compara con los 200 del párroco de Illescas o los 100 del párroco de Alameda de la Sagra. En la colecta de Escalonilla no aparece ninguna aportación de las autoridades del pueblo. Tampoco en personal ni armamento. La cuantía media de los donativos de Escalonilla también fue superior a la de muchos otros pueblos de la provincia.

Los donativos mayores.

En Escalonilla las aportaciones más cuantiosas correspondieron al párroco D. Luis Carlos de Zúñiga, al sacerdote D. José Palomo Guío y a la vecina Isabel López.

Luis Carlos de Zúñiga fue cura propio de Escalonilla desde el año 1796 hasta 1814. Navarro de nacimiento, había estado al frente de las parroquias de Rozas de Puerto Real (Madrid) y Gerindote antes de llegar a Escalonilla. Fue comisario del Santo Oficio y destacado representante de la ilustración toledana. Miembro de la Academia Real de Derecho Español de Madrid, de su pluma salieron numerosos escritos de gran interés, especialmente sobre agricultura. Su trabajo titulado Plan de Educación Española está fechado en Escalonilla el 10 de mayo de 1793. En el año 1805 publicó un Catecismo breve y sencillo. D. Luis Carlos de Zúñiga, cura propio de Escalonilla, tuvo el sermón en la misa de la jura de la Constitución el día 18 de octubre de 1812.

El sacerdote D. José Palomo Guío era hijo de Escalonilla, donde ya residía en 1788. Llegó a ser teniente de cura de la parroquia de Escalonilla. En los actos de la jura de la Constitución de 1812 actuó en varias ocasiones. Concretamente en la Misa de Acción de Gracias del día 19 de octubre, hicieron las asistencias D. José Palomo Guío y D. Enrique Fernández Gallardo; este último era carmelita y en 1815 solicita permiso para vivir en Escalonilla y atender a su madre.

Isabel López era viuda de José Pérez. Había hecho promesa de peregrinar a Tierra Santa sin que pudiera cumplirlo. Hace testamento ante el escribano de la villa Don Manuel Salamanca. Murió a los 73 años de edad el día 16 de noviembre de 1811 de calentura catarral. Encarga a sus hijos que celebren 200 misas para descargo de su conciencia al no haber cumplido su promesa de ir a los Santos Lugares. Celebró las exequias D. Luis Carlos de Zúñiga.

QUISMONDO SIGLO XV

 

QUISMONDO EN EL SIGLO QUINCE

                          QUISMONDO

                      EN EL SIGLO XV

 

MARIANO ESTEBAN CARO

QUISMONDO YA EXISTÍA EN LA NAVIDAD DEL AÑO 1194

Así consta en un Privilegio Rodado, del que se conservan manuscritos en la Biblioteca de la Academia de la Historia (manuscrito 12-19-2/35, fol. 58 v., cop. del siglo XVIII, Col. Siles) y en la Biblioteca del Palacio Real (manuscrito 696, fol. 9-11, cop. del siglo XVIII; y manuscrito 761, fol. 107). El Privilegio Rodado era un hermoso documento, con el signo y el sello real, que también llevaba pendiente el sello real en plomo.

CON LA ORDEN DE CALATRAVA: AÑOS 1201-1434

Los almohades entre 1196 y 1197 hicieron varias razias (“sáyfah” en árabe andalusí), con gran ferocidad: “cortamos las nucas, derribamos las casas, destruimos las iglesias y sus cruces y se cambiaron las campanas por almuédanos”, informaba el jefe almohade Tamín.
El Rey Alfonso VIII en el año 1201 entregó a la Orden de Calatrava la villa de Maqueda, sus aldeas y tierras para defender, cristianizar, educar y cultivar el terreno reconquistado (AHN, OO.MM. Calatrava, Carp.419, 45). Esta misión no podían llevarla a cabo los campesinos, sino grupos armados estables, que siguieran el plan inicial de repoblación. Los Calatravos (mitad monjes, mitad soldados) fueron los agentes más adecuados. Pertenecían a la Orden Cisterciense, que se regía por la Regla de San Benito y tenía como norma de vida “ora et labora et lege” (reza-trabaja-lee).

QUISMONDO SE AFIANZA

Con esta filosofía de vida “ora et labora et lege”, Quismondo cruzó los siglos oscuros de la Baja Edad Media y se adentró en el siglo XV bajo la gobernanza de la Orden de Calatrava hasta 1434. Era ya en este siglo una población perfectamente asentada, con sus órganos de gobierno y su parroquia. Para perseguir a los maleantes, se integró en la Santa Hermandad Vieja de Toledo y Talavera, quizás la más antigua policía rural de Europa.
Los quismondanos pagaban sus impuestos; también los “diezmo y primicias” de cereales, vino, queso y menudos (bestias y la lana). El cobro de los diezmos era rematado casi siempre por judíos. Alguno era vecino de Quismondo como el judío Mosé Catán, que el día 20 de febrero de 1483, ante los delegados de Gutierre de Cárdenas, “demandó e puso demanda” contra Alfonso Martín Maroto, también vecino de Quismondo, por los veinte maravedís del diezmo que le debía. Muy posiblemente el judío Mosé Catán en Quismondo, donde vivía, ejercía como prestamista, sobre todo, de los pequeños agricultores. Era un antecedente medieval de las entidades de crédito.

DON ÁLVARO DE LUNA: AÑO 1434

Álvaro de Luna (1390-1453), noble castellano de la casa de los Luna (familia del Papa Luna), llegó a ser Condestable de Castilla, Maestre de la Orden de Santiago y valido del Rey Juan II. Durante más de treinta años dirigió los destinos de Castilla. Fue Señor de más de 20.000 vasallos. El 19 de julio de 1434 cambia a la Orden de Calatrava varias posesiones suyas por Maqueda y sus aldeas, incluido Quismondo (AHN, OO.MM., Carp. 467, 314). En este año recibe también Alamín del Arzobispo de Toledo, su hermano.
Don Álvaro de Luna, por orden del Rey Juan II, terminó decapitado (“degollado”) en la Plaza mayor de Valladolid el 22 de julio de 1453. Fue enterrado en una “sepultura de malhechores”. Unos años después, Gonzalo Chacón y Gutierre de Cárdenas, consejeros de su hija y sucesora Isabel la Católica, explicaron a la Reina que Álvaro de Luna había sido quien más había trabajado por fortalecer el poder real de su padre Juan II contra las banderías de la nobleza. La Reina Isabel restableció la memoria del Condestable, devolviendo a sus descendientes títulos, dignidades y bienes. Y mandó que sus restos mortales reposaran en su capilla de Santiago en la Catedral de Toledo.

LA BATALLA DE QUISMONDO: AÑO 1441

En los primeros meses del año 1441 se asiste en Castilla a un nuevo capítulo de la contienda, que desde 1420 enfrentaba por una parte a los Infantes de Aragón unidos a la nobleza castellana, y por otra parte, al Rey Juan II unido a Don Álvaro de luna.
En marzo de 1441 Álvaro de Luna sigue confinado en Maqueda “con fasta doscientos hombres de armas e mucha gente a pie, e muy enfortalesçido de muchos grandes hombres, e muchos pertrechos de lombardas e truenos e culebrinas, e muchos ballesteros” (Crónica de Juan II).
El día 5 de abril de 1441 las fuerzas del Condestable Don Álvaro de Luna se enfrentan en Quismondo a las tropas del Infante Don Enrique, que es derrotado y tiene que volver huyendo hacia tierras de Toledo. Todos estos hechos están minuciosamente relatados en la Crónica de Juan II (pp. 578-579).
Por su situación Quismondo era un punto estratégico en el corazón de los dominios toledanos de Don Álvaro de Luna: en el cruce del camino de Maqueda a Alamín (Mangada-El Monte) con el Camino Real de Escalona a San Silvestre-Novés-Toledo.

LA BATALLA DE QUISMONDO

 EN CRÓNICAS Y ROMANCES

CRÓNICA DE DON ÁLVARO DE LUNA: en ella se relata este enfrentamiento, que tuvo lugar el jueves 5 de abril de 1441 en Quismondo: “De la parte del ynfante venían por capitanes de…rocines Lorenço de Ávalos, su camarero, e Diego de Ávalos, e Garçilaso de la Vega…. E pelearon, e vençieron los del condestable a los otros, e prendieron a los capitanes, e fueron presos e muertos dellos vien veynte. E dende a çinco o seys dias murio Lorenço de Avalos, que asi avian llevado preso”.
Este Garcilaso de la Vega, que en 1441 fue derrotado y hecho prisionero en Quismondo, pertenecía al toledano linaje nobiliario, del que en 1501 nacería el célebre soldado-poeta del mismo nombre, autor de los más bellos sonetos de la lírica renacentista del siglo XVI, como el que dedicó “al patrio, celebrado y rico Tajo: Corrientes aguas, puras, cristalinas / árboles que os estáis mirando en ellas / verde prado de fresca sombra lleno / aves que allí sembráis vuestras querellas”.
JUAN DE MENA (1411-1456) distinguido poeta del prerrenacimiento castellano y primer clásico de la literatura española, en su obra “Laberinto de la Fortuna” (publicada en 1444), dedicó unos hermosos versos al dolor por la muerte de Lorenzo Dávalos, herido en la cabeza en la batalla de Quismondo.
MARQUÉS DE SANTILLA, era Capitán Mayor de Castilla y gran poeta prerrenacentista (“Moça tan fermosa/ non vi en la frontera/, como una vaquera/ de la Finojosa”). Por entonces se encontraba en el asedio de Alcalá de Henares. También recibió la noticia de la Batalla de Quismondo y su resultado. JUAN CARRILLO, jefe de las tropas del Arzobispo de Toledo, le comunicaba al Marqués de Santillana lo siguiente: “En este mesmo tiempo ovieron otra pelea en Quismondo cerca de Escalona, donde estaba el Condestable, gente suya e gente del Infante don Enrique, que podían ser todos de ambas partes hasta trecientos de a caballo, e fueron vencedores los del Condestable don Alvaro de Luna. Y entre los feridos e muertos de los del Infante, fue ferido y preso e llevado a Escalona Lorenzo Dávalos, Camarero del Infante, de la qual ferida dende a pocos días murió; de la muerte del qual el Condestable mostró sentimiento e le mandó hacer en Escalona honorables obsequias, y embió el cuerpo suyo bien acompañado a la cibdad de Toledo”.
 
HERNÁN NÚÑEZ DE TOLEDO Y GUZMÁN (1475-553), antes de 1498, había terminado su obra “GLOSA AL LABERINTO DE LA FORTUNA DE JUAN DE MENA», que tuvo dos primeras ediciones (Sevilla, 1499 y Granada 1505). En esta conocidísima obra (más de quince ediciones en pocos años) se habla de la Batalla de Quismondo, al referirse a la muerte de Lorenzo de Avalos: “Lorenço d’Ávalos, hijo de __d’Ávalos y de doña María de Horozco, hermano de Diego d’Avalos e nieto de don Ruy López d’Ávalos, condestable de Castilla. Fue cavallero principal, camarero del infante don Enrique e mucho su privado e querido. El qual saliendo una vez con otros muchos del dicho infante, que estava en Toledo,a pelear con los del maestre don Alvaro de Luna que estava en su villa de Escalona, en una batalla que ovieron de ambas partes, que se llama la batalla de Quismondo que es cabe (junto a) de sant Silvestre, fue herido en la cabeça y preso, y dende a poco murió en Escalona”.

GUTIERRE DE CÁRDENAS Y EL ESTADO DE MAQUEDA

Gutierre de Cárdenas fue un personaje destacado en la vida y en la obra político-militar de los Reyes Católicos. Él presentó a Isabel y Fernando: «¡Ese es; ese es!». El 19 de octubre de 1469 contraían matrimonio Isabel y Fernando. Este enlace cambiaría para siempre nuestra historia (unidad de España, descubrimiento de América, final de la reconquista). El sentido trascedente de su política fue la base de la prosperidad, la paz y el florecimiento de las artes y las letras en nuestro Siglo de Oro.
Existe una Carta de Donación de Fernando el Católico antes de contraer matrimonio con Isabel de Castilla, por la que en 1469 «se le hace gracia y merced” a Gutierre de Cárdenas de la villa y fortaleza de Maqueda así como de sus aldeas y tierras en agradecimiento a sus servicios.
Muerto Don Álvaro de Luna en 1453, Maqueda, con sus aldeas y tierras, pasó al obispo de Sigüenza (“Maqueda del Obispo” se llamó entonces), quien se la dejó a su sobrino Carrillo de Acuña, y éste la vendió a Gutierre de Cárdenas.

SEÑORÍO JURISDICCIONAL 

En la toma de posesión en Maqueda, Gutierre de Cárdenas estuvo representado por tres delegados suyos, que recibieron el “besamano” para que pidieran “a los vecinos e moradores de la dicha mi villa de Maqueda e su tierra que a vos esyban e presten la obediencia e reverencia que a mi son obligados”. A este acto en Maqueda asistieron los vecinos de Quismondo Johan García y Diego Alonso, representando a la población.
Este acto de “pleito e homenaje” era una antigua costumbre ya desde Alfonso X el Sabio (1221-1284). Al besar la mano se decía: “Señor, besovos la mano e so vuestro vasallo”.
Los delegados de Gutierre de Cárdenas fueron recorriendo las poblaciones del Estado de Maqueda para recibir el besamano de los vecinos. Desde la labranza de Maquedilla llegan a Quismondo el día 20 de febrero de 1483. Merece la pena registrar extractado el texto en que se recoge el desarrollo de este acto en Quismondo (AHN, Secc. Nobleza, Baena C 225, LS).
Desde este momento Quismondo vivió durante varios siglos en la estructura administrativa de Señorío Jurisdiccional hasta el final de éste con la Constitución de 1812. Fue un Señorío Jurisdiccional impropio, siendo uno de los primeros Estados-Señorío en que aparece la propiedad en sentido moderno: el Duque de Maqueda no tenía tierras propias en toda su jurisdicción. Este hecho facilitó en el siglo XVI la gran producción de cereales tan demandados desde el Nuevo Mundo.
 

ACTO DE POSESIÓN EN QUISMONDO (TEXTO DEL MANUSCRITO)

“E después de los suso dicho en Quismondo, lugar del termino e juridicion de la dicha villa de Maqueda en el dia e mes e año suso dichos estando ende presentes los dichos doctor de Lillo e Gonçalo de Baeça e Pedro de Avila e estando otros y presentes Juan Alonso, alcallde, e Alfonso Martin Maroto e Juan Rodrigues e Juan Rico e Juan Gonçales e Iohan Gonçales Bullido e Francisco Gomes vezinos del dicho lugar…
Lo qual todo, todos los suso dichos juraron en la cruz e por las palabras de los Santos Evangelios de thener e guardar asy todo lo suso dicho. E luego los dichos Pedro de Avila e chançeller e Gonçalo de Baeça dixeron que tomavan e tomaron e aprehendian e aprehendieron la dicha posesion del dicho logar Quismondo con todo lo que le pertenesçe para el dicho señor comendador mayor segunt e de la forma e manera que en los otros lugares e en la dicha villa la avian aprehendido e tomado e continuando aquella tomaron la vara del alcalldia de la mano del dicho Iohan Alonso e tovieronla en sy, los quales la tornaron a dar e entregar para que la toviese por el dicho señor comendador mayor. El qual dicho Iohan Alonso la resçibio e juro en forma de administrar e faser justicia e guardar ell serviçio de Dios e lo que tocase al serviçio de dicho señor comendador mayor e al pro e bien del dicho lugar e vezinos del”.
 

LOS APELLIDOS MÁS ANTIGUOS DE QUISMONDO: AÑO 1483

En este documento, que extractamos, aparecen los apellidos más antiguos de Quismondo, de los que hay constancia escrita ya en el año 1483. Son los siguientes: Alonso, Bullido, García, Gómez, González, Martín, Maroto, Rico, Rodríguez.

 

 

 

 

 

 

 

 

TRASHUMANCIA POR QUISMONDO

 

                                    TRASHUMANCIA  POR QUISMONDO

 

Mariano Esteban Caro
1-EL CAMINO REAL QUE CRUZA QUISMONDO
 LOS REBAÑOS DE OVEJAS.-Aún se recuerda en Quismondo el paso de inmensos rebaños de merinas trashumando por las calles Real de Escalona (Patricio Puebla), la Flor (Dominguín) y Honda (Constitución): hacia el sur en otoño y hacia el norte en primavera. Avanzaban varias leguas al día hasta el siguiente descansadero. Según la costumbre de la trashumancia, con el sonido de los grandes cencerros de los carneros castrados, que guiaban al rebaño, y el de las pequeñas cencerras de las hembras-guía, cada millar de ovejas traía 50 carneros sementales (moruecos) con cenachos de esparto anticubrición.
 EL PERSONAL.-El rabadán venía a la cabeza del rebaño con su cabalgadura abriendo camino; dos pastores vigilando en los laterales para que no se desmandara el ganado hacia los sembrados o se “introdujera” en algún portal. Y cerrando la marcha, dos mancebos o zagales llevaban por el ronzal (ramal) a los mulos de carga (acémilas) con las aguaderas y el serón, donde también podía ir algún corderillo recién nacido. Todos los pastores con garrotes, morral y zahones de cuero, la manta al hombro, con peales de piel de oveja, albarcas y boina en la cabeza.
 LOS PERROS.-Y, para el manejo del ganado, cinco perros careas, atentos siempre a la voz y al silbido del pastor; así como varios mastines con collares metálicos de pinchos (carlancas) contra los lobos. Estos ayudantes caninos tenían derecho a la misma ración de comida que el pastor.
 TAMBIÉN TOROS,-Incluso, previo aviso del pregonero, pasaban también por nuestras calles (Escalona (Patricio Puebla), Flor (Dominguín), Honda (Constitución) enormes manadas de vacuno serrano (negro-avileño y morucho de media casta). Y alguna vez, ganado bravo en los traslados de dehesas o encierros para lidia.
 CAMINO REAL.-Estos animales pasaban por aquí al ser estas calles “Camino Real” (“Calles Reales”), con las servidumbres y privilegios propios de estas vías de comunicación, a las que Alfonso X el Sabio (1221-1284) declaró “lugar del Rey” por encima de concejos y señoríos feudales.
 LOS PILONES DEL CAÑO.-Con los pilones del Caño fuente-abrevadero, en los aledaños de Quismondo bien pudo haber en la antigüedad algún descansadero.
2-LA MESTA Y SUS CAÑADAS
VÍAS PECUARIAS.-El Honrado Concejo de Mesta de Pastores de Castilla nació con una Carta-Privilegio de Alfonso X el Sabio en el año 1273, para regular los desplazamientos del ganado y el comercio de la lana. EL Rey Sabio fijó la anchura de estas rutas: no más de 75 metros las cañadas, 38 los cordeles y 20 las veredas, con sus coladas y descansaderos. El tramo del Camino Escalona-Toledo, se cruza con la Cañada Real Segoviana (de la Rioja a Extremadura) en término de Novés; con la Cañada Real de Escalona o Talavera, en término de Quismondo; y con la Real Galiana en Toledo.
Hasta el siglo XX, por nuestro camino y por las calles Escalona (Patricio Puebla), Flor (Dominguín), y Honda (Constitución), ha trashumado a estas Cañadas, sobre todo, ganado ovino y vacuno de la sierra de Ávila.
 LA TRASHUMANCIA, PATRIMONIO CULTURAL.-“Ya se van los pastores a la Extremadura// ya se queda la sierra triste y oscura”. Esta antigua canción popular es sólo una muestra del rico acervo cultural producido por la Trashumancia. El día 8 de abril de 2017 el Rey Felipe VI declaraba la Trashumancia Patrimonio Cultural Inmaterial.
 CAMINO REAL Y JURISDICCIÓN REGIA.-Desde 1273 este Camino y las Calles por las que atraviesa Quismondo pasan a ser Camino y Calles “Reales”. A la protección personal de los peregrinos y pasajeros se une la tutela del propio «Camino Real», que como “lugar del Rey”, está sujeto sólo a la jurisdicción regia, por encima de la municipal-concejil o señorial-feudal. Así se imponía sobre estas vías la «Pax Pública» o “Paz del Camino”. No se puede impedir el paso por “Camino Real”, que, en el caso de Quismondo, es también “Camino de Santiago”. Ni invadirlo ni modificarlo ni reinventarlo. Está bajo jurisdicción del Rey, que es la suprema autoridad.

 

 

JUDÍOS EN QUISMONDO

JUDÍOS ENQUISMONDO

MARIANO ESTEBAN CARO

ARRENDADORES DE RENTAS DE LA CATEDRAL

En el archivo de la Catedral de Toledo se conservan cuatro libros de rentas del cabildo correspondientes a los años 1447 a 1455. Se registran en ellos las rentas en los arcedianatos de la diócesis. Se hacía un pregón para que los interesados en la puja acudieran a rematar las rentas del diezmo (10%) del pan (cereales), vino, menudos (sobre las bestias y la lana), diezmo pontifical, de coronados (clérigos tonsurados con “coronilla”), del queso. Las rentas del pan se valoraban en especie: cahices (12 fanegas en Castilla) o fanegas. Y el resto de las rentas en maravedíes.

El que remataba las rentas recibía el diezmo de los vecinos y lo hacía llegar hasta la cilla o almacén de diezmos de la Catedral.

Para la puja de las rentas, el cabildo de la Catedral daba instrucciones al mayordomo encargado de los arrendamientos: “que vayades personalmente a cada uno de los dichos lugares e fagades pregonar e poner cédulas: quien quisiere arrendar las dichas rentas o qualquier dellas que vengan a vos e gelas arrendareys en los presios raçonables, dando las fianças e seguridades que convienen. Las firmas que tanaredes sean personas conoscidas e llanas e abonadas e se obliguen segund las condiciones”. Las rentas se podían rematar para un año agrícola o para varios.

En los años registrados en el libro de la Catedral de Toledo aparecen los siguientes arrendadores en Quismondo. Todos judíos.

AÑO 1449: El judío Ysaias remató en 3 caíces el pan y el vino de coronado.

AÑO 1450: el rabí Jaco remató por 25 mrs. los corderos, el queso y la lana.

AÑO 1450: Yuçaf Maymonchel es arrendador de varias rentas en Quismondo.

AÑO 1454-1455: el pan de montón lo remató Hudá Cantos por 4 cahíces, 3 fanegas.

AÑO 1467-1479: En el libro de Cuentas y Tratos ante el notario Diego García Hamusco, al folio 49, aparecen Mosé Palache e Çadbona Hallel como arrendadores de los menudos de Quismondo por 91 mrs.

 UN PRESTAMISTA EN QUISMONDO

AÑO 1483: El  día 20 de febrero de este año, ante los delegados de Gutierre de Cárdenas, el judío Mosé Catán, vecino de Quismondo, “demandó e puso demanda” contra Alfonso Martín Maroto, también vecino de Quismondo, por los veinte maravedís del diezmo que le debía. Alfonso Martín Maroto reconoce la deuda y es condenado a devolver, en el plazo de nueve días, los veinte maravedís así como al pago de las costas.

Muy posiblemente el judío Mosé Catán en Quismondo, donde vivía, ejercía como prestamista, que era un oficio muy común entre los judíos toledanos. Prestaban dinero (hasta el 25% de interés) tanto a familias humildes como a grandes personajes. Se les devolvía el préstamo en varios plazos. Los judíos, como no cristianos, no estaban sometidos a las prohibiciones de la Iglesia, que condenaba en aquella época no sólo la usura, sino también el cobro de intereses por el dinero prestado.

Eran el antecedente de los bancos y entidades de crédito. Prestaban dinero sobre todo a los pequeños agricultores.

ARROYO DE LA ALJAMA

Por tierras de Quismondo, a unos 2 kilómetros al sureste de la población, discurre el arroyo de la Aljama (popularmente, conocido como “Lanjama”). En esta zona hay una importante concentración de restos arqueológicos, testigos de antiguo poblamiento en la ribera del arroyo de la Aljama.

La toponimia (el nombre mismo del arroyo “Aljama”) es testigo de una más que probable presencia judía en esta zona desde muy antiguo. Algunos autores hablan de la diáspora que provocó la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor en el año 586 a.C. y que estaría en el origen de los nombres de muchas poblaciones. Según múltiples fuentes históricas, es el caso de Toledoth (Toledo, “la ciudad de las generaciones”) y de algunos poblamientos cercanos hasta donde llegaron miembros de todas las tribus de Israel como Escalona (Ashkalona de la tribu de Shimon), Maqueda (de Massada de la tribu de Yehuda), Noves (Nove de la tribu de Binyomin), Yepes (de Yope de la tribu de Dan) Layos (lajish de Yehuda), etc.

La aljama judía (ŷāma’ al-yahud: “conjunto de los judíos”) es la comunidad misma que se establece y se organiza de forma independiente. Incluso se gobierna con normas propias (tacanot). Tenía sus dirigentes, consejos y representantes. Así lo reflejaba en 1220 Gonzalo de Berceo (1190-1264) en uno de sus poemas.

La aljama tenía sus propios jueces (dayanim). Además de la sinagoga. Asimismo, baños públicos, matadero donde se hacía el sacrificio de los animales (sehitah), horno comunitario de pan y la carnicería. También sus propios cementerios.

Sin retrotraernos al siglo 6º antes de Cristo, es muy posible que la Aljama en tierras de Quismondo surgiera como consecuencia de la normativa del Concilio IV de Letrán (año 1215) sobre los judíos: debían llevar una vestimenta especial y vivir en sus propios barrios e incluso apartados a cierta distancia de las poblaciones cristianas: Quismondo ya existía en la Navidad de 1194. Las normas del Concilio IV de Letrán se fueron recogiendo en los sínodos diocesanos como el de Toledo celebrado en 1323. Desconocemos el número de habitantes de esta Aljama, su extensión o la cantidad que pechaba a la Corona de Castilla.

 

 

 

 

 

TERREMOTO EN LA ZONA DE QUISMONDO AÑO 1775

TERREMOTO EN LA ZONA DE QUISMONDO

AÑO 1755

MARIANO ESTEBAN CARO

UNA GRAN CATÁSTROFE

Con una magnitud de 9 en la escala de Richter y epicentro a unos 200 kilómetros al oeste-sudoeste del Cabo de San Vicente en el Atlántico, el terremoto de Lisboa tuvo lugar el sábado 1 de noviembre de 1755, fiesta de Todos los Santos, entre las 9,30 y las 9,40 horas. Después del terremoto el agua empezó a retroceder y a los cuarenta minutos, se produjeron tres tsunamis de entre 6 y 20 metros, que engulleron el puerto y la zona del centro de Lisboa, subiendo aguas arriba por el río Tajo.   En las áreas no afectadas por el maremoto, los incendios surgieron rápidamente, y las llamas asolaron la ciudad durante cinco días. En Cádiz el maremoto alcanzó 12 metros de altura.

Fue uno de los terremotos más destructivos de la historia. Murieron unas 100.000 personas: 90.000 en Lisboa (que tenía 275.000 habitantes). En España casi 10.000 muertos (sólo en Ayamonte 1.000 y 400 en Lepe). Incontables fueron las víctimas en el norte de África.

EL CUESTIONARIO REAL

Fernando VI de España, llamado «el Prudente» o «el Justo» (1713- 1759), casado con la Infanta portuguesa Bárbara de Braganza, ante la enorme tragedia, una semana más tarde ordenó al gobernador del Supremo Consejo de Castilla la preparación de un informe sobre el terremoto. Para realizar tan magna encuesta se elaboró un cuestionario de ocho preguntas dirigido a las personas de «mayor razón» de las capitales y pueblos de cierta importancia, para que contestaran lo más rápido posible y con sus respuestas tener una idea más acertada de la incidencia del terremoto en el reino: casi 10.000 muertos y unas pérdidas de más de 53 millones de reales de vellón.

Las preguntas eran las siguientes: ¿Se sintió el terremoto? ¿A qué hora? ¿Cuánto tiempo duró? ¿Qué movimientos se observaron en los suelos, paredes, edificios, fuentes y ríos? ¿Qué ruinas o perjuicios se han ocasionado en las fábricas?¿Han resultado muertas o heridas personas o animales? ¿Ocurrió otra cosa notable? Antes de él, ¿hubo señales que lo anunciasen?

Se recibieron 1.273 respuestas, que se conservan en el Archivo Histórico Nacional. Entre ellas están las respuestas de Quismondo. De nuestra zona respondieron también Torrijos, Val de Santo Domingo, Valmojado, Maqueda, Carmena y Escalona (con Nombela). De muchas respuestas de la provincia de Toledo, destaca por su amplitud y detalle la de Talavera, que informa incluso sobre un gran número de poblaciones de su jurisdicción.

FONDO DOCUMENTAL

Los textos de los documentos del Archivo Histórico Nacional y de la Real Academia de la Historia se han tomado del libro titulado “Los Efectos en España del Terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755)”, editado por el Instituto Geográfico Nacional (Ministerio de Fomento).

«Nuestro glorioso Monarca que ni aun perdona los ápices de cuanto es capaz de ser útil a la literatura de sus vasallos, previno cuidadosamente que no quedase confundido o disperso un acaecimiento tan memorable como el del día 1.°de Noviembre de 1755. Fue sin disputa este terremoto por lo universal, por lo violento, por lo durable, y repetido de los más señalados que se sepa haya padecido el Orbe. Acordarán por muchos años sus tristes efectos las ruinas, destrozos, y desgracias de los Edificios, de los Pueblos, y de las familias, y serán estas memorias que hemos escrito un fiel testimonio de la verdad de tanta lástima».

Con estas palabras la Real Academia de la Historia introducía en 1756 su recopilación de datos sobre los efectos del terremoto en las diversas poblaciones españolas.

============================================

 

QUISMONDO [717]

Quismondo, 17 de noviembre de 1755.

La Justicia.

Muy Señor mío:

En vista de la Real Orden que hemos recibido, ponemos presente a V. S.:

Cómo en esta villa se experimentó el temblor de tierra, en el día primero de el que rige, en punto de las diez de la mañana, lo que causó gran novedad a las gentes, pues fue en la ocasión que se iba a entrar en la misa mayor, y reconociendo que toda la fábrica de la Iglesia se movía, salió toda la gente, dando gritos diciendo «¡que se caía la Iglesia!».

Y los que estaban afuera decían lo mismo, cimbreándose la torre como si fuese un árbol, echándose de ver asimismo en las fábricas de las casas, que parecía que todas se venían a tierra, saliéndose las personas que en ellas estaban, siendo el pueblo una gritería, clamando al verdadero Dios. Y pidiéndole misericordia.

El agua de las pilas de el agua bendita se revertió, quedando en ellas cosa muy corta, como también se vio que en el intermedio del terromoto [sic] acaeció lo mismo en los pozos, de modo que el agua se revertió de ellos.

La fuente que hay en esta villa, siendo su corriente cosa muy corta, no cabía el agua por el caño, como también moverse todo el suelo, sin haberse ocasionado ruina ni perjuicio en las fábricas, ni haber resultado muerte alguna, heridas en personas, ni animales.

Sin haber previsto, o reparado, señales, que anunciasen antes el terromoto [sic], pues lo que en este pueblo sucedió fue, a muchas personas habérseles desvanecido las cabezas, con muchos dolores en ellas; y perturbándoseles la vista, cuyo terromoto [sic] duró como siete a ocho minutos.

Que es lo ocurrido en esta villa.

Y lo que podemos exponer a V. S.

Nuestro Señor guarde a V. S. muchos años, como deseamos.

Quism.d.o [= Quismondo], y noviembre 17, de 1755.

Besan la mano a V. S. sus más afectos servidores,

Francisco Garzía Caro, Lorenzo Pérez Thenorio, Luis Tenorio,

Andrés Merchán Rem….(?), Joseph Alonso

Señor Don Juan Francisco de Luján y Arce [= Corregidor de la villa y Corte de Madrid].

 

CARMENA [258]

Señor:

Recibimos la de V. S. de 10 del corriente el día 21 del mismo con la veneración que debemos y, en observancia de lo

que se nos ordena, y del Orden inserta del Ilustrísimo Señor Gobernador del Real y Supremo Consejo de Castilla, lo que

debemos hacer presente a V. S. es:

Cómo en esta villa el día primero del que rige, a poco antes de las 10 de su mañana, se advirtió el temblor de tierra que hubo, que duró como tres minutos, viendo todos el movimiento que hacía la tierra, casas, y la Iglesia, de donde salió la más gente que en ella había temerosa de si se arruinase.

Y advirtiendo otros que pasaban cuando acaeció el temblor, por la calle de la Fuente y Pilar, cómo el agua que en el pilón había hacía tales movimientos que las oleadas lo hacían vaciar a larga distancia, y los chorros de los caños no daban en donde solían y actualmente dan.

Y en lo que mira a la fábrica de dicha Iglesia, hasta el presente no se ha notado, según nos ha informado el Mayordomo de su fábrica, haya recibido otro daño que el quiebro de los arcos, sobre que está fundada la bóveda de la Capilla mayor, y los que sostienen la del cuerpo del templo, y desencajándose dos tozas de las que se dicen de aire, las que se han afianzado por los Maestros de obras que en esta villa hay.

Y en los arcos han hecho lo que han tenido por conveniente para ver si se puede lograr su permanencia.

Y no ha sucedido otra fatalidad de ruina en gentes, ni ganados, ni [ha] habido personas que con anticipación del suceso advirtiesen podría haberle.

Todo lo cual es lo que podemos noticiar a V. S. en orden al terremoto sucedido, que por la Piedad con que Su Majestad

nos ha mirado, libertándonos de tanto rigor como se cuenta se ha experimentado en otros países, le damos incesables

gracias.

Quedamos a los pies de V. S., con todo rendimiento.

Carmena, y noviembre 23, de 1755,

DonDon Manuel Joseph de Quebedo y de Alarcón

Señor Don Juan Francisco de Luján y Arze [= Corregidor de la villa y Corte de Madria].

 

ESCALONA (Dos informes)

[344]

Escalona, 24 de noviembre de 1755.

El Alcalde mayor.

Ilustrísimo Señor:

Señor:

En cumplimiento de lo que V. S. I. me ordena, en carta de 8 del corriente, el día que llegó a mis manos al punto

despaché vereda a las villas y aldeas de este Ducado, y todas las Justicias me han respondido:

Que entre 9 y 10 de la mañana, el día de todos los Santos experimentaron el terremoto, que les cogió a los más en la misa mayor, les causó grande espanto.

Pero todos aseguran no haber padecido daño alguno, aunque se movieron los edificios.

Y la Justicia de la villa de Nombela, una de las comprehendidas en este Ducado, dicen que una pared de la Iglesia parroquial apareció en ella al día siguiente con una hienda muy larga, pero como llevo insinuado a V. S. I. no ha sucedido en personas ni en ganados en todo este dicho Ducado desgracia alguna.

Señor: Lo que en esta villa de Escalona se notó, la razón adjunta, escrita y firmada del Deán de esta colegial (persona de literatura) lo manifiesta.

Y sólo tengo que añadir: Que después que se acabó de celebrar la misa mayor, se expuso a su Divina Majestad Sacramentado, se cantó el Tedeum en acción de gracias de haberse apiadado S. M. de nosotros, a cuya deprecación asistió todos los más vecinos de este pueblo.

Y, al día siguiente, vimos en la Iglesia parroquial del Señor San Benito, una raja muy larga en el arco toral de la capilla mayor.

El Todopoderoso guarde a V. S. I. en mayor estado, los muchos años que deseo y he menester.

Escalona, y noviembre 24 de 1755,

Don Pedro González Marueca

Ilustrísimo Señor Obispo de Cartagena, Presidente de Castilla.

[Acompaña documento que sigue].

(3.173)

ESCALONA [345]

En la villa de Escalona, estando celebrando la misa conventual de todos los Santos, el Doctor Don Miguel de Cerbera, Deán de la insigne colegial de dicha villa, al empezar el prefacio sintióse un extraordinario ruido como de muchos coches que corren; oyéndose al mismo tiempo crujir las maderas y moverse las tejas.

Se creyó que estos movimientos fuesen efecto del viento, que entonces soplaba con ímpetu extraordinario. Pero los prebendados, que estaban en el coro, viendo que del cielo del coro caía yeso, que se abrían más sus hendiduras, y que por ellas salía polvo, que las sillas temblaban, y que las lámparas parecían un incensario, movimiento todo, se salieron del coro con todos los ministros a la calle, en donde vieron desplomarse la Iglesia, abriéndose extraordinariamente una hendidura que tiene la pared toral de los pies, y puerta principal de dicha Iglesia, la que muchos días ha que está amenazando ruina, por lo que un Maestro carpintero entró dando voces: «¡que todo el mundo se saliese!… ¡porque la Iglesia se caía!».

El Deán, que estaba celebrando, conoció que era terremoto. Y no dejó de cantar el prefacio, aunque , atribulado con los extraordinarios movimientos que padecía, ya hacia arriba, ya a un lado y otro, impelido por el movimiento de la tierra, por lo que necesitó asirse del altar para sustentarse y no caer, al acabar de cantar el prefacio sintió el Deán que paró un poco el temblor de tierra, pero de allí a un Ave María, empezó con más fuerza y ruido, el que duró como desde el Te igitur hasta la mitad del comunicantes; y en uno y otro movimiento como unos doce minutos.

En todo este tiempo prosiguió su misa, por lo que algunas personas del pueblo, viendo la constancia del Deán, que celebraba, no se apartaron de la Capilla mayor.

Y como los del coro, y naves de Iglesia, salieron sin notable prisa, se evitaron muchas desgracias.

La Iglesia colegiata, aunque ha quedado maltratada, sentida o hundidos sus arcos, y abiertas más las hendiduras de sus paredes torales, se usa, porque su ruina no parece pronta, aunque según peritos arquitectos, ni puede subsistir largo tiempo, ni resistir a otro terremoto, aunque pequeño, pues éste es el edificio, que más ha padecido en Escalona.

Doctor Don Miguel de Cerbera

Escalona, y noviembre 20 de 1755.

[Remitido por el Alcalde mayor de Escalona, el 24-XI-1755].

MAQUEDA [533]

Maqueda, 4 de diciembre de 1755.

La Justicia.

Muy Señor mío:

En cumplimiento de lo que se manda por V. S. en la que recibimos, con fecha de diez de noviembre próximo pasado, decimos:

Que el día primero de él, como a las nueve y media de su mañana, se sintió en esta villa moverse un aire bastante violento, con algún ruido que, por entonces, en el sentir de algunos, juzgaron ser de coche o carros y, al mismo instante, se notó en todo el pueblo un temblor de tierra conmoviéndose todos los edificios y especialmente en las Iglesias que, con el motivo de estar celebrando el Santo Sacrificio de la misa mayor, no se pudo concluir, a causa de juzgar el que celebraba, y las personas concurrentes, se arruinaba, por los estadillos que daban las maderas.

Notóse también, particularmente, que una torre que se dice en esta población de las Infantas (fábrica de los moros) la juzgaron en tierra por el movimiento que hizo, y porque estando ésta, por su antigüedad, abierta y sin resguardo alguno, se hacía más temible, la que, aunque no cayó, quedó la parte más inferior amenazando ruina, tanto que, a no repararse, se discurre pueda causar algunas desgracias.

La duración de dicho temblor se hizo juicio ser como seis minutos, sin haberse notado hasta hoy más que lo expresado ni sucedido desgracias en personas, ni animales (a Dios gracias) como tampoco previsto ni reparado, antes, señales que le anunciasen.

Que es cuanto podemos manifestar a V. S. sobre este particular, a cuya obediencia quedamos, pidiendo a Dios le

guarde muchos años.

Maqueda, 1.o de diciembre de 1755.

Besan la mano a V. S. más seguros y obedientes servidores,

Calvo Calvo de Arroyo, Joachim García de Padilla

Señor Don Juan Francisco de Luxán y Arze [= Corregidor de la villa y Corte de Madrid].

TORRIJOS [871]

Torrijos, 17 noviembre 1755.

El Alcalde mayor.

Partido de Toledo.

Ilustrísimo Señor:

Siendo precisa a mi obligación informar a V. S. en conformidad de lo que se me manda, y siendo, Señor, lo que se me manda In facto, a consecuencia es forzoso sea melancólica la respuesta; si bien la melancolía aún reina en los naturales de este país, sin embargo de no haberse experimentado desgracia en ningún viviente; si bien Dios como Autor dispuso compungir a los vivientes, con uno de los amagos, que Su Majestad dispone.

En cuya virtud y en la de haberse experimentado el fatal terremoto en esta villa como ni menos en las comprendidas en mi Jurisdicción como a la hora de las diez de la mañana sin tener menor rumor, no haber notado cosa particular de parte ante [sic], se hallaron con la novedad ya sucedida, viendo que el tercer elemento se movía y a impulso tan fatal, los edificios todos a su natural centro se inclinaban, siendo la gran bondad que de Dios tan infinita, que no obstante las

fábricas de bastante altura, que hay en esta villa, quedaron en su quicial tan fuertes.

Que de presente en ellas no se nota la menor lesión, a el elemento del agua le dio el terremoto igual batalla, causando en aquel tan sangriento ruido, que las gentes vieron en los pozos la lucha, y pugna en tal conformidad que venciendo el elemento que causó la pugna precisaban a las aguas salir de su centro; era tanto, Señor, el orgullo que traía subterráneo el terremoto.

Que la mayor parte de las gentes pensaban se habían precipitado cantidad de galeras o coches por calles empedradas que a menos de no ser estos los causantes, les parecía no poder ser de otra cosa, pero restablecido este ruidoso oído, conocieron ser su autor el terremoto.

Padeció este presagio fatal la naturaleza racional, pues experimentó en unos sus humores movidos, que de ellos les incitaban a bastantes naúseas. Y en otros casos les pareció que su hora era llegada pero es digno de notar, Señor, que todos padecían y ninguno hablaba porque a cada uno le parecía le era obstáculo el manifestar su dolencia, hasta en el vino entenasado causó novedad el terremoto, pues en la Villa de Val de Santo Domingo, una de las comprendidas en esta

Jurisdicción se experimentó que volviendo el vino su natural color quedó hecho una leche, no quedando contento con esta acción sí también le hizo perder el preciso sabor, si aunque pasado el espacio o tiempo de una hora estoy informado volvió a su natural ser.

De las demás villas no se encuentra novedad especial digna de ponerla en los oídos de V. S. por haber padecido igualmente y los mismos presagios que en esta villa.

Y no teniendo otra cosa que exponer, interin no ocurra otra novedad. Quedo pidiendo a Dios guarde a V. S. felices años.

Torrijos, y noviembre 17 de 1755.

Beso la mano de V. S. I. su más rendido y obligado,

Eduardo Horche

Ilustrísimo Señor Obispo de Cartagena.

(3.183-2.o)

VAL DE SANTO DOMINGO [890]

Val de S.to. Dom.o, 4 de diciembre de 17565.

La Justicia.

Muy Señor mío:

En cumplimiento de lo que V. S. se sirve ordenarnos sobre que le informemos en cuanto a lo que se previene por el Ilustrísimo Señor Gobernador del Real Consejo, de lo que ocurrió en esta villa, con el motivo del temblor de tierra que en ella se notó el día 1.o de noviembre, decimos:

Que, como a las diez y cuarto de la mañana de dicho día, y por espacio de siete minutos, se experimentó una cosa extraña a todos estos naturales, como fue haberse movido todo el suelo, y edificios, aún los más superiores, en tanto grado que se estuvo en la creencia de que todos se arruinaban.

Y hay quien diga vio que la campana de el reloj se vino a el mazo que le toca, y que se oyó su toque.

Y también se observó que el vino de la tinaja de la oficina pública se remontó, y pasó de color lácteo, en el que se mantuvo más de un cuarto de hora, cuando volvió a su primitivo ser.

No causó desgracia alguna en animales ni personas. Sólo a éstas bastante removimiento, que muchas se mantuvieron con el pavor dilatado tiempo.

Sin que antes se hubiese advertido señal alguna.

Con esta ocasión repetimos a V. S. nuestro rendimiento y pedimos a Dios prospere su vida muchos años.

Valde St.o Domingo [= Val de Santo Domingo], y diciembre 4, de 1755,

Pedro Rodríguez Hernández, Pedro Faustino de Bajo

Señor Señor Don Juan Francisco de Luján y Arze [= Corregidor de la villa y Corte de Madrid].

VALMOJADO [901]

Balmojado, 18 de noviembre de 1755.

El Alcalde.

Señor:

Señor: Habiendo recibido la de V. S., en que nos manda le participemos con toda claridad lo acaecido el día primero

de este mes, debemos decir a V. S.:

Sólo se experimentó que las fuentes brotaron el agua fuera de su centro, y en la Iglesia haber retemblado toda y algunas mujeres abortado, y después haber muchas enfermedades causadas todas del temblor, el cual acaeció entre las diez o diez y media de la mañana. Y duró como media hora, poco más o menos.

Nuestro Señor guarde a V. S. muchos años en su mayor grandeza, mandándonos lo que sea de su agrado.

Valmojado, y noviembre 18 de 1755.

Besan la mano de V. S. sus más seguros servidores,

Juan Alonso

Señor Don Juan Francisco Luján y Arze [= Corregidor de la villa y Corte de Madrid].

(3.173)

 

 

 

MERCADO Y COMERCIO. COMARCA DE TORIJOS.-SIGLO XVI

TORRIJOS Y SU COMARCA

Mercado y Comercio en el Siglo XVI

Mariano Esteban Caro

* * *

ÍNDICE

Presentación

Vecinos en 1576

Señoríos en la Comarca
Conde de Orgaz
El Señorío de Maqueda
Conde de La Puebla de Montalbán
Condado de Fuensalida
Jurisdicción de la Ciudad de Toledo
Otros Señoríos

Diezmos

Impuestos y Tasas

Impuestos en la Comarca

Cereales
El Pósito del trigo
Roturación de Montes
Producción de trigo
Molinos Harineros

Productos del Campo
Huertos
Otros Cultivos
El Vino

Olivas y Aceitunas
El Olivar en Tierras de Toledo
El Siglo XV
Siglo XVI
Olivas y Molinos en la Comarca
La Situación en 1903

El Trabajo de la Lana
Incipiente Industria Lanera
Evolución Posterior

Industria en la Comarca
Torrijos, Centro Industrial
Fuensalida
Otras Industrias en Siglos Posteriores

Jabón de Torrijos

Materiales de Construcción
Las Viviendas en la Comarca
Cantera labradera de Huecas

Mercados
Los Mercados en la Comarca
El Mercado de Fuensalida
Mercado y Feria en Maqueda
Puebla de Montalbán
Santa Olalla
Barcience
Torrijos

Carencias
La Leña
Sal para Personas y Animales

Respuestas de Nuestros Pueblos

Albarreal, Alcabón
Barcience, Burujón
Camarena, Carmena, Carpio de Tajo, Carriches,
Caudilla
Domingo Pérez
Erustes, Escalonilla
Fuensalida
Gerindote
Huecas
La Mata
Maqueda, Mesegar
Novés
Otero
Portillo, Puebla de Montalbán
Quismondo
Rielves
San Silvestre, Santa Cruz del Retamar,Santa Olalla
Torrijos
Val de Santo Domingo, Villamiel

PRESENTACIÓN

Ofrecemos en estas páginas la que sería una segunda edición, corregida y aumentada, de un libro nuestro editado en junio de 1995 (ISBN 978-84-605-3194-4) y titulado “Torrijos y su comarca: mercado y comercio en el siglo XVI”.

El libro se fue publicando mes a mes en la revista torrijeña EL ECO, siguiendo las respuestas que en cada uno de los pueblos de la comarca se dio en 1576 a las 55 preguntas que planteaba el Rey Felipe II. Son las conocidas como Relaciones de Felipe II.

Ahora, con más tiempo y más medios, aquel pequeño libro se ha enriquecido. Mantenemos el mismo esquema y los mismos temas.

Entonces y ahora buscamos lo mismo: conocer la realidad económico-social de nuestra comarca en aquellos años del siglo XVI. Para ello nos servimos del testimonio directo de los vecinos de los pueblos de la comarca de Torrijos.

Para España el XVI fue verdaderamente un Siglo de Oro. El sentido trascendente, que los Reyes Católicos imprimieron a su política hizo que florecieran las artes, las letras y otras ramas del saber. Fue una época de gran expansión económica y demográfica así como de una prolongada paz social.

El descubrimiento de América en 1492 fue un hecho de enorme trascendencia: se inicia la marcha de numerosos españoles a las Indias. Muchos hombres y mujeres de nuestros pueblos marcharon al Nuevo Mundo. Y América comenzó a demandar bienes y productos de España. Este hecho se reflejó en nuestros pueblos, especialmente en la agricultura.

A lo largo del año 1576 se fueron firmando las Relaciones sobre los pueblos de nuestra comarca. Se cumplía así la orden del Rey Felipe II “para la desripcion e historia de los pueblos de España”. Los informes siguen el cuestionario de 55 puntos, escrito en letra impresa, que había mandado el gobernador del Arzobispado de Toledo.

Con el leguaje entrañable y clásico de nuestro Siglo de Oro, las Relaciones de Felipe II nos ofrecen una muy amplia información sobre la vida y la historia de los pueblos de nuestra comarca.

Veremos cómo eran las viviendas de nuestros antepasados, en qué trabajaban, de qué carecían, cuál era su nivel social, la estructura señorial en que estaban encuadrados y la carga impositiva a la que estaban sujetos.

El intercambio comercial de productos entre los vecinos del mismo pueblo o con los pueblos comarcanos tiene su expresión más significativa en aquellos viejos mercados, muy especialmente en el mercado de Torrijos, libre de impuestos para los de fuera y para los vecinos de aquella villa vital y emprendedora.

VECINOS EN 1576

Albarreal…………………….55
Alcabón………………….106
Barcience…………………..130
Burujón………………………150
Camarena…………………..370
Carmena……………………..250
Carpio de Tajo…………….250
Carriches……………………….80
Caudilla………………………….50
Domingo Pérez…………150
Erustes…………………………..80
Escalonilla…………………….250
Fuensalida…………………….800
Gerindote………………………100
Huecas…………………………..110
La Mata…………………………….80
Maqueda…………………………550
Mesegar………………………….100
Novés………………………………340
Otero…………………………………36
Portillo……………………………..140
Puebla de Montalbán……….800
Quismondo……………………….115
Rielves……………………………..165
San Silvestre………………………35
Santa Cruz del Retamar……100
Santa Olalla……………………….400
Torrijos……………………………….800
Val de Santo Domingo……….120
Villamiel………………………………..91

TOTAL: 6.638 vecinos:
24.500 habitantes.

SEÑORÍOS EN LA COMARCA

CONDE DE ORGAZ

Reconquistada Santa Olalla en 1083 por Alfonso VI, en 1124 Alfonso VII da a sus vecinos el fuero de Toledo. El Señorío de Orgaz fue una merced creada en 1220 por Fernando III, el Santo, a favor Ferrán Yuanes beniAbd el Malik, bisabuelo de don Gonzalo Ruiz de Toledo, IV Señor de Orgaz (muerto en 1332) que es el personaje central del cuadro que El Greco pintó en 1586.

Las villas de Orgaz y Santa Olalla, formaron parte del mayorazgo que en 1399 fundó Alvar Pérez de Guzmán. Polvoranca y Portillo debieron integrarse en el mayorazgo en una época posterior a la primitiva fundación. Según el arancel de este mayorazgo, el Conde de Orgaz tenía derecho de portazgo de todas las mercaderías, bestias herreras y otras cosas que pasaban por el camino real de Toledo a Talavera, que cruzaba La Mata. Derecho de portazgo que el Conde tenía también sobre todas lo que entraba en Santa Olalla por cualquiera de sus tres puertas torreadas.

De las cuatro villas del señorío (Orgaz, Santa Olalla, Polvoranca y Portillo) la principal era Santa Olalla, donde además los señores tenían más propiedades que en el resto (en Orgaz, sólo dos majuelos). En Santa Olalla poseían también un número muy elevado de casas, tiendas, mesones, hornos y propiedades rurales como huertas, tierras de cereales, olivares, viñas y tres molinos de aceite.

El título nobiliarios de Condado de Orgaz fue creado el 17 de marzo de 1529 por Carlos V a favor de Álvaro Pérez de Guzmán y Suárez de Mendoza, Señor de Orgaz y de Santa Olalla.
Las poblaciones de la comarca que pertenecían a la jurisdicción del Conde de Orgaz eran Santa Olalla, La Mata, Erustes, Otero, Domingo Pérez y Carriches. Con un total de 826 vecinos (unos 3.000 habitantes), que eran dueños de sus casas y sus tierras, pero bajo la jurisdicción del Conde de Orgaz. En estas poblaciones vivía el 12,24% de la comarca.

EL SEÑORÍO DE MAQUEDA

LA ORDEN DE CALATRAVA (1201-1434)

Maqueda fue reconquistada en 1083, en las operaciones militares que precedieron a la entrega de Toledo en 1085. La ofensiva almohade, que culminó en Alarcos (1195) llegó a sitiar Maqueda: “e lidiaron Maqueda, e non la prisieron”, dicen las crónicas. Alfonso VIII decidió reforzar el flanco occidental de la frontera, entregando Maqueda y su tierra a la Orden de Calatrava en 1201.

Con esta decisión se estabilizaba el terreno conquistado mediante las fortalezas que dominaban pasos estratégicos. Esta misión no la podían realizar los campesinos de las villas y aldeas, sino grupos armados estables, que además siguieran el plan inicial de repoblación. Los Caballeros de Calatrava (mitad monjes, mitad soldados) fueron los agentes más adecuados. Para administrar este señorío calatravo se constituyen dos encomiendas: Maqueda para la zona del norte y central y la Bailía de Carmena para la zona sur.

GUTIERRE DE CÁRDENAS

En el año 1434 pasa Maqueda de la Orden de Calatrava al poderoso don Álvaro de Luna. Muerto éste, fue de Alvar Gómez de Ciudad Real, quien se la dio al Obispo de Sigüenza, que después sería Cardenal Mendoza. Por esta razón se llamó “Maqueda del Obispo”. Mendoza se la dejó a su sobrino Carrillo de Acuña, quien se la vendió en el año 1469 a Gutierre de Cárdenas.
Se compró la jurisdicción de la villa de Maqueda y las aldeas de su Estado. Muchas de las primitivas aldeas repobladoras habían desaparecido. En el momento de la compra permanecían San Silvestre (con abundante caza mayor), Carmena (una de las aldeas más importantes), la Fuente de Doña Guiomar, junto al arroyo del Valle, Gualavisa (junto a Maqueda), Pero Véquez, Quismondo, San Pedro de La Mata, Santa Cruz del Retamar, Val de Santo Domingo y Zarzuela (hoy una finca entre Carmena y La Puebla).
Gerindote que había pertenecido al obispo de Segovia, fue donado a Gutierre de Cárdenas por los Reyes Católicos en 1482.
Fue Gutierre de Cárdenas el primer señor de Maqueda y su Estado. En su tiempo se reedificó el actual castillo, se construyó para prisión el de San Silvestre, se refundó Santa Cruz del Retamar (antigua aldea desaparecida por la peste). Y en Torrijos se construyó su casa solariega gótico-mudéjar, en la que estuvo Isabel la Católica en 1502. En los años finales del siglo XV comienza el declive de Maqueda.

TORRIJOS

Fue reconquistado en la primavera de 1085 por Alfonso VI y repoblada por mozárabes toledanos. Para premiar a don Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo, por su compromiso e intervención en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa (año 1212), el Rey Alfonso VIII le hace donación en el año 1214 de la aldea de Torrijos y su tierra. Posteriormente fue cedida por el citado Arzobispo al cabildo de la catedral de Toledo.

Por bula de Sixto IV de 19 de enero de 1481 se autoriza al cabildo de Toledo la venta de Torrijos y Alcabón, que el día 25 de abril de 1482 son vendidas a Gutierre de Cárdenas por 5 cuentos de maravedíes y otros 130.000 maravedíes de juro. Las dos aldeas reciben inmediatamente el villazgo y quedan integradas e el Estado de Maqueda.

En 1483 Torrijos se convierte en cabeza del Estado de Maqueda y sus nueve villas (Torrijos, Maqueda, Alcabón, Santa Cruz del Retamar, Quismondo, Santo Domingo, Carmena, San Silvestre y Gerindote), estableciéndose en Torrijos la residencia del Corregidor del Estado.

Salvador Moxó, en su obra sobre los Antiguos Señoríos de Toledo, dice que el de Maqueda fue un Señorío Jurisdiccional impropio, con un sentido moderno de la propiedad: el Duque de Maqueda no tenía tierras propias en su jurisdicción.

De Gutierre de Cárdenas heredó el Estado de Maqueda su hijo Diego de Cárdenas, al que en 1529 Carlos V le dio el título de Duque de Maqueda.

TERESA ENRÍQUEZ

Gutierre de Cárdenas se casa en 1475 con Teresa Enríquez (La Loca del Sacramento), quien acompañó a la Reina Isabel durante el asedio de Granada. Muerto su esposo el 31 de enero de 1505, Teresa se retiró definitivamente a Torrijos. Fundó en 1496 los conventos de Concepcionistas Franciscanas de Torrijos y Maqueda. En 1518, con su generosa aportación, se termina la construcción de la Colegiata de Torrijos. Hay un hecho menos conocido de Teresa Enríquez: en los años 1519 y 1520 hubo una gran hambruna en la zona. Los pobres acudieron a ella, que, en vez de limosnas, les dio tierras y dehesas para cultivarlas, adelantándoles incluso dinero.

HABITANTES

El Ducado de Maqueda tenía 2.061 vecinos: casi 8.000 habitantes. Eran el 32,65% de toda la comarca.

CONDE DE LA PUEBLA DE MONTALBÁN

El Señorío de Montalbán tiene su origen en el castillo del mismo nombre. Levantado durante la dominación musulmana, Alfonso VIII se lo dio a la iglesia de Toledo. Después pasa a los templarios que reconstruyeron la fortaleza. Desaparecida esta orden, sus bienes pasan a la corona de Castilla.

Por esta razón Alfonso XI (1312-1350) poseía Montalbán, que concede a Juan Alfonso Fernández Coronel. Pedro I de Castilla da Montalbán a su hija Beatriz y Juan II, a su mujer. En 1437 posee el castillo don Álvaro de Luna. Decapitado éste en 1453, pasó a su hijo Juan de Luna, a quien se lo confiscó el Rey Enrique IV y se lo dio a Juan Pacheco.

En 1472 Juan Pacheco hace testamento y funda el mayorazgo de La Puebla de Montalbán a favor de su segundo hijo Alfonso Téllez Girón. Este mayorazgo incluía el castillo de Montalbán, su Puebla, las rentas sobre esta villa y unos baños en Toledo.

Felipe II el 18 de octubre de 1573 crea el título de Conde de Montalbán a favor de Juana de Cárdenas y Figueroa, aya durante toda su vida del que sería Rey Felipe III. Fue autorizada a usar este título al quedar viuda de Alonso Téllez-Girón, tercer señor de La Puebla de Montalbán. Pero se considera como primer conde a su hijo Juan Pacheco y Cárdenas IV señor de La Puebla de Montalbán.

En la comarca de Torrijos el Conde de Montalbán tenía jurisdicción sobre tres poblaciones: La Puebla de Montalbán con 800 vecinos, Carpio de Tajo con 250 vecinos y Mesegar con 100. En total 1.150 vecinos: unos 4.200 habitantes. Representaban algo más del 17% de la comarca.

CONDADO DE FUENSALIDA

Pero López de Ayala, en el año 1398 era ya Alcalde Mayor de Toledo, ocupando otros cargos importantes. Era el segundo hijo del Canciller Mayor de Castilla, llamado también Pero López de Ayala, sagaz hombre de estado y el mejor prosista en castellano de su época.

Este López de Ayala, segundogénito del Canciller de Castilla, ya había comprado algunas tierras en Fuensalida en 1404. El día 12 de abril de 1435, el Rey Juan II autoriza a Pero López de Ayala y a su esposa para que fundaran un mayorazgo a favor de su hijo Pero López de Ayala. El 27 de septiembre de este mismo año fundan el mayorazgo con las casas de su propiedad que tenían en la colación de Santo Tomé en la ciudad de Toledo y sus propiedades en Fuensalida con “el señorío, jurisdicción, vasallos, casas, heredades, tierras, derechos que eran en el dicho lugar de Fuensalida y en su término”. Además este mayorazgo lo formaban los tributos, alojares, andadurías, pechos, mercado y todos los otros pechos y derechos que había en Fuensalida y 7.000 maravedíes que tenían por juro de heredad cada año “señaladamente en las alcabalas del citado lugar”. También entran a formar parte de este mayorazgo las propiedades que tenían en Huecas.

La institución del mayorazgo tenía como objetivo perpetuar en una familia la posesión de ciertos bienes que heredaría el hijo mayor. Estos bienes no se podían repartir ni enajenar ni vender. Era la forma de que el apellido y la posición social de una familia permaneciera a lo largo del tiempo.

El de Fuensalida fue el tercer señorío toledano en extensión. Era un señorío jurisdiccional, aunque percibía tributos propios de señorío solariego. Así a finales del siglo XVI se pagaba al Conde de Fuensalida las rentas por los solares donde estaban ubicadas las viviendas de los vecinos, que era la expresión típica del dominio solariego.

La jurisdicción del señorío de Fuensalida se ponía de manifiesto en la designación de alcalde de las poblaciones y en la administración de justicia, que en la Edad Media tenía como símbolo las horcas a la entrada del pueblo. El señor del Estado de Fuensalida en 1445 colocó dos horcas a la entrada de todas las poblaciones de su señorío. Esta decisión provocó largos pleitos con los concejos.

El día 20 de noviembre de 1470 el Rey Enrique IV concede el título de Conde de Fuensalida a Pedro López de Ayala Castañeda, II señor de Fuensalida.

Los habitantes de las poblaciones del Condado de Fuensalida en la comarca de Torrijos sumaban 910 vecinos: Fuensalida 800 y Huecas 110. Sus 3.300 habitantes eran el 13,55% del total de la comarca.

JURISDICCIÓN DE LA CIUDAD DE TOLEDO

A la jurisdicción de la ciudad de Toledo pertenecían ocho poblaciones en la comarca de Torrijos. En las Relaciones de Escalonilla al Rey Felipe II se describe claramente esta situación: “el pueblo está debaxo de la jurisdicción de Toledo, y es aldea de su magestad”. Y en otro momento dicen: “Este pueblo es del Rey, jurisdicción de Toledo”. Salvador de Moxó en su obra titulada “Los Señoríos de Toledo” dice que el hecho de pertenecer a la ciudad de Toledo no es obstáculo para que estas poblaciones “a través de dicha ciudad dependan directamente del Rey”.

Son poblaciones de realengo: dependen directamente del Rey. Se trata de una situación opuesta a la del señorío. El Rey no es propietarios de las tierras, pero recibe los impuestos y tasas correspondientes.
En la comarca de Torrijos había ocho poblaciones de realengo con 1.629 vecinos: casi 6.000 habitantes. El 24% del total de la comarca.

OTROS SEÑORÍOS
BARCIENCE
Barcience pertenecía al Conde de Cifuentes como señor solariego. Era el único caso de señorío solariego en la comarca. Se trata de una donación hereditaria de tierras y vasallos, incluida la jurisdicción, dada por el Rey como pago y recompensa por los servicios prestados.
Barcience, que en el año 1576 tenía 130 habitantes, era una población estacionada “y que la causa porque no crece antes parece que ha de disminuir es por ser todo él del Conde de Cifuentes, solariego y tributaria, que no hay cosa que no lo sea”, se informa al Rey Felipe II desde Barcience. Se le pagaba anualmente el tributo perpetuo.

CAUDILLA

Pertenecía a la jurisdicción del Mariscal de Castilla, Don Juan de Ribadeneira. El cargo de Mariscal de Castilla fue creado en 1382 por Juan I de Castilla (1358-1390). Tenían jurisdicción civil y criminal en todos los ejércitos.
Carlos V cambió el contenido del oficio de Mariscal al de Maestre de Campo, pero siguió utilizándose este título como “Capitán de Guardias” del Rey. El título se conservó también de forma honorífica como en el caso de los Rivadeneira, señores de Caudilla.
En esta época Caudilla tenía 50 vecinos.

DIEZMOS
La palabra Diezmos, en la etimología cristiana primitiva, era la décima parte de los frutos que provienen de los campos, prados, viñas árboles y animales (productos, no dinero). Se entregaba el diezmo para ayudar a los necesitados, a la manutención del clero y al sostenimiento de los templos. Era una aportación voluntaria. Parece que se transformó en obligación “legal” a finales del siglo VI.
El Diezmo era un tributo general en España desde el el siglo XII. En las leyes de Partida se ordenaba que se pagasen diezmos “de pan, vino, ganados y de todas las otras cosas que se deben dar derechamente según lo manda la Santa Madre Iglesia”. Comenzó siendo una aportación voluntaria para ayudar a la Iglesia en sus necesidades, pero las diversas intervenciones regias lo convirtieron parcialmente en un impuesto. En España, ya en la Edad Media, los reyes consiguieron una participación en la recaudación de los diezmos de la Iglesia. Fernando III el Santo consiguió la concesión del tercio de los diezmos que se dedicaban a la construcción de iglesias, con la finalidad de atender los gastos militares del asedio de Sevilla. Con el tiempo llegaron a conocerse como “tercias reales”. Felipe II consiguió el «excusado», que era el diezmo del mayor “dezmero” de cada parroquia.
En la diócesis de Toledo todas las normas sobre diezmos existentes desde el siglo XII fueron recogidas y actualizadas por el Cardenal Cisneros en 1508 en las Constituciones Sinodales Decimales de Rentas. En ellas se basaba el “Bezerro donde están escriptos y ay memoria de todos los beneficios curados y beneficios simples y servideros, prestamos y medios prestamos”, en el que se detalla el reparto decimal en la diócesis de Toledo. En 1571 se hicieron cuatro copias literales del Bezerro autenticadas ante notario, de las que se conservan tres: Archivo Diocesano de Toledo, Archivo de la Catedral Primada y Archivo Histórico Nacional.
La parroquia de “Qixmondo” era un beneficio anejo a la de Santo Domingo de Maqueda. El diezmo que se pagaba era de doce fanegas de trigo y otras tantas de cebada, que se repartían de la siguiente forma: 1/3 para la parroquia de Quismondo, otro para el arzobispado de Toledo, el 22% para el Rey y el resto para el arcedianato de Talavera. En igual proporción se distribuían los diezmos de corderos, queso, lana y vino.
El diezmo y su reparto era igual en todas las poblaciones de la comarca.
En 1837 se suprimieron los diezmos en España. En 1841 nació la contribución de culto y clero.

IMPUESTOS Y TASAS
ALCABALAS: Este impuesto gravaba el comercio de mercancías. En 1342 se generalizó y en 1349 se convirtió en un impuesto permanente. Suponía el 5% y luego el 10% del valor de la venta.
MONEDA FORERA.-La moneda forera era el tributo que los pecheros del Rey pagaban en Castilla a cambio de que éste no alterara el valor de la moneda, usando su derecho de acuñarla. Este impuesto fue creado por Alfonso IX en 1202. En el año 1378 obligaba a quien tuviera en bienes muebles o raíces por valor de 60 ó más maravedíes. Se llamaba forera porque pertenecía por fuero y se pagaba cada siete años: ocho maravedíes cada vecino pobre o rico. Para su cobro no se podía incautar ni la cama ni la ropa ni las armas.
Se extinguió en 1724.
PORTAZGO: Este impuesto se exigía en las puertas de las ciudades y villas principales del reino, sobre las mercaderías que los forasteros traían para vender.
PORTAZGUILLO: Se pagaba por cada bestia que se vendía. En Maqueda y en Val de Santo Domingo el Duque de Maqueda cobraba medio real por la venta de bestias y quince reales por cada arriendo de casa o tierra.

MAHERIR (derecho de…): El Conde de Fuensalida tenía el derecho de “maherir”, que consistía en dar al señor obligatoria y gratuitamente peones para su servicio.
SEPULTURAS.-Se enterraba en el interior de las iglesias. Cada vez que se abría (“se rompía”) una sepultura en la parroquia de Alcabón se cobraban tres reales.

OTRAS TASAS
Renta de la cántara del aceite.
Renta de la juradería.
El aguacilazgo.

El almotacenazgo .

El marzo.

IMPUESTOS EN LA COMARCA

ALCABÓN: El duque de Maqueda tenía 25.000 maravedíes de las alcabalas. Recibía también 270 fanegas de trigo de las tierras que había dado en renta a los vecinos, 25 maravedíes y por cada millar de maravedíes de ventas, recibía dos gallinas. Además percibía el Duque las tercias de los diezmos.

CAUDILLA: El Mariscal de Castilla tenía una renta en pan (trigo y cebada), gallinas y “dineros”. En propiedad tenía casas, olivas, tierras y “alaxares”.

DOMINGO PÉREZ: El Conde de Orgaz llevaba unos 3.000 maravedíes y cobraba las alcabalas en nombre del Rey.

FUENSALIDA: El concejo desde finales del siglo XIV había cedido al Conde de Fuensalida los siguientes derechos:
Carnicería: por cada cabeza de res mayor de ovejuno o cabruno: dos dineros de sangre y un dinero por cada cabrito o cordero. Por cada res mayor de vacuno, un maravedí.
Panadería: La veintena de todo lo que se hiciera.
Tiendas de “Çagadería” (comestibles al por menor): 70 maravedíes.
Juego: tenían que pagar 62 maravedíes todos los que se jugaran a dados más de dos azumbres de vino (2,05 litros).
Trigo: una cuartilla por cada fanega de trigo.
Vino y aceite: un dinero por cada carga de vino o un odre de aceite.

Maherir:El Conde tenía el derecho de “maherir”, que consistía en dar al señor obligatoria y gratuitamente peones para su servicio.

GERINDOTE: El Duque de Maqueda cobraba las alcabalas (20.000 maravedíes). Sacaba unas 40 fanegas de trigo-cebada de unas tierras que tenía en término de Gerindote.

HUECAS: El Conde de Fuensalida, que había comprado las alcabalas de su jurisdicción, tenía de renta 1.000 fanegas de trigo, otras tantas de cebad y 100 ducados de tributos.
LA MATA: El Conde de Orgaz tenía derecho de portazgo de todas las mercaderías, bestias herreras y otras cosas que pasaban por el camino real, según el arancel del mayorazgo del Conde de Orgaz.
MAQUEDA: El diezmo ascendía anualmente a 600.000 maravedíes, que se pagaban en aceituna y trigo. Había muchas haciendas que no pagaban diezmo
La villa tenía la renta de la cántara del aceite (13.000 maravedíes), trece pares de gallinas, la renta de la Calahorra (34.000 maravedíes) y las gallinas, la renta de la juradería (oficio de jurado): 11.000 maravedíes, 80 fanegas de trigo y las gallinas. Y otras rentas: 46 fanegas de trigo. Cobraba las rentas del aguacilazgo y del almotacenazgo (2.000 maravedíes), el agua del concejo valía 5.000 maravedíes.
No había portazgos ni peajes. Sí se pagaba un portazguillo al Duque de Maqueda: por cada bestia que se vendía le daban medio real y de los arriendos recibía como hasta quince reales.
El Duque cobraba las alcabalas y tercias de los diezmos y otros aprovechamientos.

QUISMONDO: El Duque de Maqueda no tenía más que la tercia del montón del diezmo “y cuatrocientos maravedis que le da este pueblo de costumbre en cada un año”.
SAN SILVESTRE: La villa estaba libre de moneda forera y del servicio de Su Majestad. Sólo se respetaba el primero de estos privilegios. La “moneda forera” era uno de los tributos que se debían al rey en reconocimiento de su señorío sobre las tierras y personas. En ninguno de los pueblos de la comarca se hace referencia a la moneda forera.
SANTA OLALLA: El Conde de Orgaz tenía derecho de portazgo, que se exigía en las tres puertas torreadas (las puertas de Maqueda, de Talavera y de Toledo) sobre las mercaderías que los forasteros traían para vender. Este portazgo le rentaba más de 200.000 maravedíes. Y también las alcabalas por su Majestad, que le reportaban 3.000 ducados.
TORRIJOS: La villa tenía las alcabalas (100.000 maravedíes al año) y otros tributos antiguos.
VAL DE SANTO DOMINGO: El Duque de Maqueda tenía las alcabalas, que se concertaba con el concejo en 40.000 maravedíes y veinte pares de gallinas. El Duque tenía arrendadas las tiendas del vino y del pescado en 20.000 maravedíes y quería arrendar la carnicería.
Cada vecino que tuviera casa o viña tenía que pagar al Duque “el marzo”: 30 maravedíes. Recibía además la veintena de la lana y la tercia del montón del diezmo del pan, de los corderos, del queso, de la lana y del vino. “Y también tiene veinte riales del pedido del maestre”.
También tenía el Duque de Maqueda el portazguillo: por cada bestia que se vendía le daban medio real y de los arriendos recibía como hasta quince reales.
En la comarca eran los pueblos bajo jurisdicción de los Condes de Fuensalida (Fuensalida y Huecas) y del Conde de Orgaz (Santa Olalla y su tierra) los que soportaban mayor cantidad de impuestos. Se mantenían el derecho de portazgo en Santa Olalla y el derecho de paso por el Camino Real en La Mata. Y en Fuensalida había que pagar 62 maravedíes por jugarse a los dados en la taberna más de 2 azumbres de vino. La azumbre equivale a 2,05 litros.
Dentro del Ducado de Maqueda había una gran variedad impositiva. En Santa Cruz del Retamar no se refieren a ningún impuesto. En Quismondo, en que todos eran pecheros, el Duque de Maqueda no tenía más que la tercia del montón del diezmo (obligatoria en toda España) “y cuatrocientos maravedis que le da este pueblo de costumbre en cada un año”. En Maqueda la aportación era mucho mayor y con reminiscencias más antiguas como el portazguillo y el pago en gallinas. Una especie de dominio solariego tenía el Duque en Val de Santo domingo: Cada vecino que tuviera casa o viña pagaba al Duque “el marzo”: 30 maravedíes.
Las poblaciones de la comarca en régimen de Realengo no hacen ninguna referencia especial a los impuestos que debían pagar. Solamente en Escalonilla los dueños de terrenos de labor y de viñas pagaban por cada aranzada dos gallinas y un pollo.

CEREALES

EL PÓSITO DEL TRIGO

En el Archivo de los Duques de Frías (caja 880, número 22) se conserva el testamento de doña Catalina Manrique, segunda esposa del tercer Conde de Fuensalida. En él deja caudales suficientes (150.000 maravedíes) para hacer un pósito para el trigo en Fuensalida y otro en Huecas.

Con el pósito se buscaba regular el precio del trigo en años de malas cosechas, evitando así que los vecinos de estas dos poblaciones se vieran en la necesidad de comprar el trigo (pan) a precios abusivos.

Hasta el año 1530 el alza de los precios del trigo había sido muy rápida debido a las guerras de las Comunidades y a la fuerte demanda proveniente de América. En 1540 se acelera aún más la tendencia alcista. Durante el reinado de Felipe II para paliar los problemas de abastecimiento hubo que importar cereales del norte de Europa: era el llamado “pan de mar”.
ROTURACIÓN DE MONTES

En esta época se roturan gran cantidad de montes y prados para sembrarlos de trigo. Este hecho queda reflejado en las Relaciones de La Puebla de Montalbán: los informantes insisten (¿protestan por la caza y la leña?) reiteradamente en el hecho de que el Conde de Montalbán había hecho desaparecer gran cantidad de montes, poniendo sus terrenos en manos de labradores. Había vendido a vecinos de la villa 20.000 fanegas de montes públicos concejiles para que dedicaran estos terrenos al cultivo de cereales. En estas circunstancias se crean dos aldeas en término de La Puebla de Montalbán: San Martín de Montalbán en 1517 y Villarejo de Montalbán en 1538.

PRODUCCIÓN DE TRIGO

Algunos pueblos de la comarca informan que en su término hay abundancia de pan (trigo y cebada). “Buenas y frutiferas tierras de labor”, dicen algunos informantes. Otros, que las suyas son “ruines tierras de poco llevar”. Tierra abundosa en pan”, informa en Maqueda: con una producción suficiente para el sustento de la villa “y aun mas”. Donde más cantidad se recolectaba era en Carpio (100.000 fanegas) y en La Puebla (80.000 fanegas).

Los pueblos de la comarca producían trigo suficiente para su abastecimiento. La mayor parte de los concejos tenían una casa-panadería, alquilada a algún vecino panadero, que tenía que pagar una renta: en Fuensalida era la veintena de todo lo que hiciera.

Únicamente Torrijos informa que había falta de labranza de pan, pues la mayor parte de su término era olivar. Pero de los pueblos cercanos traían a venderlo “en grano o cocido”.

MOLINOS HARINEROS

En el siglo IV antes de Cristo, en Oriente Medio, utilizando un mortero, se producía harina por primera vez. Los romanos hacían la harina con dos piedras, que giraban una sobre otra, movidas por esclavos. Posteriormente aprovecharon la fuerza del agua de ríos y acueductos. Los molinos de viento se generalizan en el siglo XV.

Los molinos harineros de agua se llamaban aceñas, que se hacían en el cauce mismo de un río o arroyo. La fuerza de la corriente movía una rueda hidráulica vertical que por medio de unos engranajes transmitía el movimiento a una piedra de moler (la volandera) sobre otra piedra circular fija (solera). El grano se vertía por un agujero central de la volandera
En el siglo XVI, en nuestra comarca había aceñas o molinos harineros de agua en las riberas del Tajo y de los arroyos de Maqueda y San Silvestre.
En los muchos arroyos del término de Maqueda había diez molinos: unos eran propiedad de las monjas concepcionistas de Maqueda, otro de las monjas de Tórtolas (Burgos), otros del Duque de Maqueda; el molino de Aceña era de las monjas de San Pablo de Toledo. El molino de Navarrete era de un vecino de Santa Olalla. Cada molino rentaba a sus dueños 40 fanegas de trigo anualmente. Todos estos molinos estaban en servicio desde San Miguel (29 de septiembre) hasta el día uno de marzo. El resto del año el agua se dedicaba al riego de huertas y olivares de Maqueda.

De gran importancia eran los molinos harineros, que había en el Tajo en la Puebla de Montalbán. El Conde de Montalbán tenía varios molinos de tres ruedas, situados junto al puente sobre el Tajo, que rentaban 500 fanegas de trigo. Había molinos también en Gramosilla de cuatro ruedas (con una renta de 500 fanegas de trigo), propiedad de Gutierre de Guevara. Más abajo estaban los llamados “Molinos de las Monjas”, con una renta de 500 fanegas de trigo. A estos molinos, que trabajaban durante todo el año, venían a moler la mayor parte de los pueblos de la comarca.
En el arroyo de San Silvestre había también dos molinos de trigo del Duque de Maqueda, que rentaban al año 160 fanegas de trigo.
Los vecinos de Burujón molían en el Tajo o en los de Torralba y Calaña, que eran de Alonso López, vecino de Torrijos. Y desde Rielves iban a moler a los molinos que tenía en el Tajo el Mariscal Juan de Rivadeneira, a los del Conde de Cifuentes y a otros de las monjas de San Clemente de Toledo.

PRODUCTOS DEL CAMPO

HUERTAS

En casi todos los pueblos de la comarca había varias huertas, en las que se cultivaban no muchas hortalizas y algunos árboles frutales: higueras, granados, ciruelas, manzanas y cermeñas. Se regaban con el agua de ríos, arroyos, manantiales o la mayoría con pozos de norias.
La noria (de origen romano) es una máquina hidráulica que sirve para extraer agua siguiendo el principio del rosario hidráulico. Consiste en una gran rueda con aletas transversales que se sumerge parcialmente en un curso de agua o en un pozo. La rueda se pone en movimiento por la fuerza del agua o del animal (norias de sangre). Esta rueda lleva en su perímetro una hilera de cangilones (recipientes), que se van llenado de agua, que es elevada y en la caída vierten el agua en un canalillo hasta la alberca desde donde se distribuye al sistema del regadío.
En la Mata, en la zona de la llamada Cabeza de Arcolla, con agua abundante de pozos y fuentes, había “frutiferos arboles, muy buena fruta”: granados, olivas. Pero eran pocos los árboles frutales.

En término de Maqueda, en las huertas de la ribera del arroyo de Prada se criaban guindas, cerezas, garrobales y manzanas comunes, peras cermeñas, perillas, olederas, duraznos, granadas y otras muchas frutas. También muchas legumbres.

Era en La Puebla de Montalbán donde más fruta se producía. Por su término pasaban los ríos Tajo, Torcón y Cedena. En sus riberas había varias huertas importantes, que producían albaricoques, guindas menudas y algarrobos (para alimentación humana y animal), manzanas, xabier, peras cermenas (pequeñas y muy sabrosas), cermenas, ciruelas de todas las variedades. Especialmente en las huertas de la ribera del Torcón: peras, manzanas, melocotones, duraznos (otra variedad de melocotón), guindas, ciruelas y “níspulas” (nísperos). Destacan incluso los buenos frutos silvestres: cerezos silvestres (“cerezas prietas”), manzanos maíllos, de ramas espinosas y fruto pequeño de sabor áspero.

Además de la gran cantidad de trigo (80.000 fanegas), se cogía también en término de La Puebla cebada, centeno, garbanzos, alcarcena (yeros). Era también muy importante la producción hortícola: cohombros (pepinos más largos y torcidos), pepinos, ajos, cebollas, habas, nabos, berenjenas, rábanos, lechugas. Y espárragos “así sotenos como campíos los mejores que hay en España”. Es de destacar la producción y exportación de melones fuera de la población.

Se criaban muy buenos melones –informan- que se llevaban a vender a Madrid, a Toledo y a otras partes: “y ansimesmo se crian melones mejores que los de las otras partes porque se llevan de aquí a la Corte y Toledo y otras partes”.

OTROS CULTIVOS

Zumaque en Maqueda.-Las tierras de Maqueda producían gran cantidad de Zumaque: un arbusto de unos tres metros de altura, con tallos leñosos, hojas compuestas de hojuelas ovales, dentadas y vellosas. Sus flores primero son blancas y después encarnadas, con un fruto redondo y rojizo.

Se empleaba por los zurradores para curtir la piel y darle color por el mucho tanino del zumaque. Los taninos se utilizan en el curtido por su reacción con el colágeno de las pieles de los animales: aumenta la resistencia de la piel al calor, a la putrefacción por agua y a los microbios. En el siglo XVII en Portillo se gastaban 400 arrobas de zumaque en las dos tenerías que había para hacer suelas.

Granadas de Mesegar.-Además de una gran cantidad de higueras, ciruelas, perales y cermeños, había numerosas huertas de granados con mucha producción: se pagaba de diezmo 100.000 granadas.
Miel en La Puebla Montalbán y en El Carpio.-“Muy linda miel, la mejor que se dice haber en España, la más blanca y mejor que había en España, informan en La Puebla. Siguen diciendo que a causa de las roturas de montes, que había hecho el Conde, se habían perdido gran cantidad de colmenas de vecinos particulares, pero se seguía produciendo “muy linda miel”. Ponen de manifiesto el sistema de explotación de las colmenas: estaban separadas 400 sogas (ocho varas y media).

También en El Carpio dicen que en sus tierras se producía miel y cera.

EL VINO

Los informes sobre le producción de vino en los diversos pueblos de la comarca van desde ni mencionarlo, como Santa Cruz del Retamar, hasta decir que no se producía nada (Caudilla) o muy poco o únicamente para abastecer al pueblo (Escalonilla). Otros como en Barcience dicen que se producía mucho. La gran mayoría hace referencia a los diezmos que se pagaban por el vino producido. En Alcabón había plantadas 100 anegadas con una producción de 50.000 maravedíes. En Camarena se producían 30.000 arrobas de vino con un valor de 1.200.000 maravedíes. En El Carpio, 100.000 cántaros de vino. En Gerindote se producía vino por un valor de 100.000 maravedíes. La misma cantidad en Huecas. Algo más en Novés (170.000). De Torrijos dicen que había muy buenos viñedos.

En Quismondo se cogía poco vino y lo compraban en Fuensalida y en La Torre de Esteban Hambrán. En Rielves informan que “la mayor falta que el dicho pueblo tiene es de vino porque en el dicho lugar no hay viñas y se proveen en Fuensalida y Camarena y de La Puebla”. Digno de notar es el informe de La Puebla de Montalbán: Se hacía buen vino: “maravilloso” vino aloque (clarete) y blanco, que aunque no tenía mucha fama “hailo muy bueno y sano porque no tiene adobo ninguno”.

Los hombres en la taberna tenían la costumbre de jugarse a los dados una o dos azumbres de vino (2,05 litros una azumbre). Si se jugaban más, en Fuensalida tenían que pagar una tasa de 62 maravedíes.

OLIVAS Y ACEITE

EL OLIVAR EN TIERRAS DE TOLEDO
El cultivo del olivo en la Zona de Toledo se potenció en tiempos de los romanos. Durante la invasión musulmana hay escasas referencias a los olivares, lo que hace suponer que no eran muy abundantes, y de poca producción. Los documentos mozárabes relativos a Toledo y su tierra se refieren al cultivo del olivar, pero no le conceden gran importancia.

EL SIGLO XV
En tiempos de los Reyes Católicos el aceite y el vinagre, en una especie de gazpacho, eran frecuentes en la dieta alimenticia.
Creció el interés por el olivo y el aceite, especialmente entre los judíos de nuestra zona. El judío vecino de Torrijos Judá Arragel el 23 de Marzo de 1460 toma en renta todas las olivas que los racioneros de Toledo tenían en término de Escalonilla, debiendo entregar cada año 21 arrobas toledanas “de buen aceite, claro y hermoso”.

En el año 1492 vivían en Maqueda más de 1.000 judíos, de los que una tercera parte eran poseedores de bienes, especialmente zumacales y olivas (entre 50 y 100 olivas cada uno). El 10% de los judíos eran ricos. En la Calle Real de Maqueda ya había dos molinos de aceite propiedad de judíos.

SIGLO XVI
El Cardenal Cisneros, previendo el auge que iba a tomar la agricultura tras el descubrimiento de América, hizo editar en 1513 un Tratado de Agricultura, escrito por el talaverano Gabriel Alonso de Herrera (1470-1539), del que se hicieron 27 ediciones y se repartió a los labradores toledanos. En este a modo de catecismo agrícola se daba gran importancia al cultivo del olivo.
Como consecuencia de la demanda del Nuevo Mundo, durante el siglo XVI se produjo una expansión agraria, especialmente en los cereales y el olivar. En la provincia de Toledo había dos zonas olivareras importantes: una en tierras de Talavera y otra situada en los términos de Torrijos, Alcabón, Maqueda y Val de Santo Domingo.

Los informantes de Alcabón dicen de Maqueda que “toda ella es de heredades de olivas y viñas de muchos herederos y monjas y frailes”. La zona de Alcabón limítrofe con Maqueda, por la cantidad de olivas que había, parecía un monte, informan. Y de Torrijos dicen los informantes de Escalonilla que es un pueblo cercado de muchos olivares, y muy grandes olivas.

OLIVAS Y MOLINOS EN LA COMARCA
ALCABÓN.- En total había seis molinos de aceite, uno tenía su almacén. Eran de conventos de Toledo, de una capellanía constituida en Cebreros y de un vecino de Alcabón. Lo que más se cogía era aceite: el diezmo de la aceituna ascendía a 75.000 maravedíes.
Eran propietarios de olivas y almacenes el Duque de Maqueda tenía en el término 2.500 olivas y 500 fanegas de tierra. Las monjas de Santo Domingo el Real de Toledo tenían 400 olivos y un molino de aceite; los frailes de la Sisla de Toledo eran dueños de 450 olivas; las monjas de Santa Clara de Toledo tenían 1.400 olivas, una casa y un molino de aceite. También las monjas de Santa Úrsula de Toledo tenían más de 2.500 olivas, una casa, un molino de aceite y su almacén. También tenían olivos vecinos de Torrijos y Santa Olalla. Concluyen diciendo que “todas las haciendas de este pueblo son de frailes y monjas y forasteros”. Los del pueblo eran dueños de unas 300 olivas y las casas y viñas.
LA MATA.- “Tiene cantidad de olivas confines con el pueblo, y son de buen esquilmo y aceite calificado”. Sobre todo, el aceite de las olivas de la zona de Arcolla.
MAQUEDA.- Era abundosa en aceite. Había muchas olivas: más de 25.000 olivas viejas y muchas nuevas puestas hacía unos años.
El agua de los arroyos desde el día uno de marzo hasta San Miguel se empleaba en regar huertas y olivares.
TORRIJOS.- En su término había muy buenos olivares, de lo mejor del reino de Toledo, informan. Llegó a ser conocido como Torrijos de los Olivares. Había 28 molinos de aceite, que debían producir para el consumo humano y para las fábricas de jabón.
VILLAMIEL.-En Villamiel informan que el aceite lo traían de Torrijos, Novés y Fuensalida.

VALDE SANTO DOMINGO.- Había unas 20.000 olivas. El dueño de estas olivas las arrendaba en 150.000 maravedíes. “Hay olivas en cantidad”.
Ponen de manifiesto la necesidad de podar las olivas: “es un árbol que si no lo cortan se envejece y no da fruto y asi las cortan para que se renueven y den fruto”.
La parroquia era propietaria de 600 olivas. Los frailes de la Sisla tenían 1.100 olivas, 50 fanegas de tierra y una casa con un molino de aceite.
LOS MOLINOS DE ACEITE
La molturación de la aceituna se hacía primitivamente por presión y torsión manual: la pasta de aceituna se introducía en un saco de tela recia que se retorcía. O la presión se hacía con mazas o por pisado.
La muela romana, muy utilizada a lo largo de los siglos, ha venido evolucionando lentamente hasta la época actual. Hoy en día todavía se utiliza como sistema de molienda y batido de la pasta de aceituna. La base, también llamada solera, es de forma circular y de diversos diámetros. Puede ser de mampostería o piedra, con montantes para sujetar o acumular la pasta. Las muelas cilíndricas y verticales pueden ser hasta seis. La tracción de las muelas primero fue humana, después animal. Posteriormente por la fuerza hidráulica o eléctrica.
La prensa de viga y quintal fue muy utilizada entre el siglo XVII y el siglo XIX en la mayoría de los molinos de aceite. Y el molino de rulo se empieza a utilizar en España a finales del siglo XVIII: Se sustituyen las piedras cilíndricas del viejo molino romano por conos de piedra truncados, que descansaba sobre la solera.

LA SITUACIÓN EN 1903
En el año 1903 pasó por nuestra comarca el gran escritor y ensayista José Martínez Ruiz “Azorín”. En concreto visitó las almazaras de Maqueda y Torrijos. Su visión pesimista, propia de la Generación del 98, quedó plasmada en 1912 en su libro de ensayo titulado “Castilla”.
“Maqueda cuenta con 250 hectáreas de olivares; todas las cosechas del pueblo se muelen en una almazara de una sola viga. Y el aceite extraído es tan ínfimo, que sólo puede ser vendido a las fábricas de jabones”. Y de Torrijos dice que “el aceite se extrae como hace trescientos años”.
Azorín se lamenta de que para transformar la cosecha de las 960 hectáreas de olivares de Torrijos se tarda de diciembre hasta abril: “Las vigas trabajan lentamente; una sola viga comprime 12 fanegas diarias de pasta”.

EL TRABAJO DE LA LANA

INCIPIENTE INDUSTRIA LANERA

En las Relaciones de Felipe II varias poblaciones de la comarca informan del trabajo de la lana.

En Carpio dicen que “la granjeria que la gente comunmente tiene después de la del campo, es labrar la lana, y lo que hace de ello es estameña y telillas de todas suertes y colores, paños de mezcla, tiene fama la ropa y estameñas de esta tierra, porque se lleva a muchas partes y reinos”.

En Escalonilla había muchos vecinos que trabajaban la lana para estameña como tejedores y cardadores. Se labraban algunas estameñas “e son buenas”, informan.

En La Puebla de Montalbán algunos vecinos vivían del oficio de la lana, “la cual se labra muy bien”. Muchos vivían de la labor de la lana y paños, “que se labran bien en esta villa”.
En Gramosilla, en la ribera del Tajo, término de La Puebla de Montalbán, Gutierre de Guevara tenía un batán para lavar y desengrasar paños y lana.
En Camarena había tejedores de paños y lienzos y en Maqueda labraban paños y frisas (“ropa basta”, informan). Las frisas eran telas ordinarias de lana para forros y vestidos de la gente más humilde. A mediados del siglo XVI Alonso Rodríguez, judío converso, vecino de Maqueda era cardador de lana. En Alcabón había un tejedor de terciopelo. En Fuensalida había 3 telares de estameña en funcionamiento.

EVOLUCIÓN POSTERIOR

NOVÉS
La industria de bayetas y paños en Novés comenzó en 1682: lo introdujo Melchor Lorenzo. Carlos II le concedió exención de tributos por 10 años y poder introducir sus productos libremente en Madrid. Siguieron con esta industria otros vecinos de Novés, que también consiguieron del Rey estas franquicias.

Melchor Lorenzo tenía dos telares de bayeta: 4 oficiales de tejer, 2 de peine, 4 de carda (10 hombres), 75 mujeres, 5 de escardillar, 12 de hilar al torno y 70 a la rueca. Cada mes producían 3 balletas de 60 varas cada una.

Hacían también unas colchas de lana muy demandadas.

ESCALONILLA

En 1718 había 19 telares con actividad y otros 43 parados. En 1746 eran 60 telares. Se fabricaban en ellos 750 piezas de estameña blanca. El famoso historiador y político Eugenio Larruga (1747-1803), refiriéndose a la industria de la estameña en Escalonilla, afirma que “el lugar de Escalonilla, se dice haber sido el primero que tuvo fábrica de estameña en Castilla, de donde dimanaron todas las que después se fueron estableciendo”. Sus estameñas se vendían muy bien en Madrid y Andalucía.

Es digno de ser destacado el hecho de que los tejedores de Torrijos, Fuensalida y Domingo Pérez dependían del gremio de Escalonilla.

ALCABÓN

También en Alcabón llegó a estar en funcionamiento una fábrica de estameña.

LA MATA

En La Mata había dos telares funcionando en 1721. Y en el año 1747 eran 7 telares, en los que se hacían 120 piezas de 110 varas cada una.

INDUSTRIA EN LA COMARCA

TORRIJOS, CENTRO INDUSTRIAL
Ya en el siglo XVI era Torrijos el centro más activo en cuanto a la industria. Era muy importante la producción de sus doce jabonerías, donde se producían “buenos xabones”. Había personas ricas por sus heredades de viñas y olivas y por el negocio de las jabonerías y los buenos comercios.
Del Colegio de la Piedra, fundado por Teresa Enríquez y dirigido por el P. Fernando Contreras, todos los días, después de oír misa y almorzar, salía un buen número de muchachos a las tiendas y centros de trabajo de Torrijos para aprender un oficio. Por la tarde volvían al Colegio, que era su casa, para estudiar gramática, aprender la doctrina cristiana, cenar y dormir. En Torrijos fueron unos adelantados de la formación profesional ya en el siglo XVI.
A Torrijos acudían a trabajar a diario hombres de Alcabón, Barcience y Caudilla.
FUENSALIDA
En esta época había en Fuensalida varios alfares en funcionamiento.

OTRAS INDUSTRIAS EN SIGLOS POSTERIORES

TORRIJOS.-En el siglo XVII había en Torrijos tres obradores de cordelería. Hacían cabestros, maromillas para carros de labor. Trabajaban 600 arrobas de cáñamo al año.

También había una fábrica de tirantes y otra de bramantes.

En 1752 había en Torrijos una tenería para hacer suelas, badanas y cordobanes. Esta tenería tenía un almacén para la venta en Madrid, en la calle Bordadores, entre la calle Mayor y la del Arenal.

PUEBLA DE MONTALBÁN.-En 1780 había dos tenerías, que hacían suelas y cordobán.

VAL DE SANTO DOMINGO.-En 1754 Pedro Pérez producía suelas, cordobán y badanas.

PORTILLO.-Hacían espuertas, serones y capachos para molinos de aceite.

Había dos tenerías, donde se labraban 250 cueros para hacer suelas. Gastaban 400 arrobas de zumaque.

JABÓN DE TORRIJOS

En las Relaciones sobre Torrijos se dice que en la población había doce jabonerías, “donde se hace xabon a la aceituna y buenos xabones”. Estas fábricas de jabón estaban instaladas en los arrabales, en buenos edificios. Informan que se trabajaba el aceite y el jabón muy bien (“tan bien como en toda España”).
Había relaciones comerciales con muchas partes del reino de España, especialmente con toda la tierra de Campos. El jabón era necesario para lavar la lana en lo batanes.
El Conde de Cifuentes tenía una venta llamada Daracada, que valía 20.000 maravedíes, situada en el camino real en las cercanías de Barcience. Allí hacían la última parada los carros que desde la Mancha traían a Torrijos la sosa para las jabonerías y otros productos.
El proceso de obtención del jabón constaba de tres fases: saponificación, sangrado y moldeado. Se hervía el aceite en grandes calderas, se añadía lentamente la sosa cáustica (NaOH) y se agitaba continuamente la mezcla hasta que comenzaba a ponerse pastosa. Se añadían perfumes y colorantes, si era el caso.
El jabón así obtenido se depositaba en una superficie granulada. Para que cuajara completamente se le añadía sal común. Era el sangrado o salado. Entonces, todavía caliente, se vertía en moldes, se dejaba enfriar y se cortaba en pedazos.
Ya los fenicios fabricaban jabón a base de aceite y sosa cáustica. La primera gran jabonería europea la hicieron los árabes en Sevilla. En el valle del Guadalquivir, donde había grandes olivares y marismas, se obtenían las materias primas necesarias para fabricar jabón. En Andalucía se siguió llamando por el nombre árabe -“almona”- a las fábricas de jabón. Así, ya en siglo XVI, el jabón llegó por Sevilla hasta el Nuevo Mundo. En este mismo siglo se exportaba este el jabón hispano a Flandes y al Reino unido.
También Torrijos estaba en una zona olivarera muy importante. Esta villa fue conocida como “Torrijos de los Olivares”. La producción de aceite de oliva era muy abundante en los términos de Alcabón, Val de Santo Domingo, Maqueda y, sobre todo, en Torrijos, “en la cual se coje gradísima cantidad de aceite y hay tratos de xabonerias y colambres y otros muchos tratos”, decían los informantes de Villamiel.
La actividad de las jabonerías de Torrijos se vio potenciada por esta exportación. Es la razón de que muchos vecinos de Torrijos trabajaran en ellas: La gente común vivía bien de su trabajo, “que hay bien de que ganar de comer”. Incluso también venían a trabajar a Torrijos gentes de Alcabón, Barcience y Caudilla.

MATERIALES
DE CONSTRUCCIÓN

LAS VIVIENDAS EN LA COMARCA

En su gran mayoría las viviendas de los pueblos de la comarca eran casas humildes, de planta baja, a una o dos aguas, de teja vana, con paredes hechas de tapiales (“tierra plena”, “muy flacas y bajas”), con alguna hilera y “rafas” de ladrillos. Alguna casa había hecha de fragua de cal y canto.

Los cimientos, si los tenían, estaban hechos de cantos rodados (“gorrón” o canto pelado) o de piedra tosca de Barcience, Villamocén, Argance, Olveite y Huecas. En Quismondo los cimientos se hacían con “piedra aguja”. El Yeso se traía de la Sagra.
En La Puebla de Montalbán, donde había una cantera de piedra berroqueña, abundaban las casas de piedra y cal y algunas de piedra berroqueña “y de buenos materiales, de que hay abundancia en la juridicion del dicho pueblo”.

En toda la comarca se informa de la necesidad de cal y de palos-vigas de madera.

La cal la compraban en Malpica o Valdepusa y algunas poblaciones, en La Puebla de Montalbán. Posiblemente viniera algún calero a venderla por los pueblos. En la comarca solamente en La Puebla de Montalbán –informan- hacían cal en abundancia.

Tejares en los que se hacían tejas y ladrillos había en Novés, La Puebla de Montalbán, Domingo Pérez y algún otro pueblo, donde los compraban los pueblos cercanos.

La madera la traían al mercado de Torrijos “los serranos” de Cebreros, La Adrada o Cadalso. También iban a estas poblaciones a comprarla, especialmente los que tenían más cerca la sierra. El Rey Don Pedro de Castilla (1334-1369) había concedido a la villa de La Puebla de Montalbán el privilegio de elegir dos hombres de bien, que fuesen “alcaldes”, para que ellos mismos mandasen hacer las cortas de madera para casas y otras cosas en el “robledo de Montalbán y en los montes de la tierra”. En las informaciones sobre La Puebla no se dice que esta madera saliera o se vendiera a otras poblaciones.
Son de destacar un buen número de viviendas en Torrijos, especialmente la casa-palacio de los Duques de Maqueda. Dentro de la villa los edificios de las otras casas del lugar eran de mampostería de cal y canto y ladrillo, con cimiento y rejas y ventanales. Y en los arrabales había también algunas casas muy buenas de jabonerías y viviendas de particulares. Los materiales los había en el pueblo menos la cal y piedras para la mampostería, que las adquirían a dos y tres leguas.

CANTERA LABRADERA DE HUECAS

En el año 1576 estaba en pleno rendimiento una cantera de piedra blanca en término de Huecas. También se extraía piedra blanca caliza en Olveite y en Villamocén, pero era de la de Huecas de la que se sacaba más cantidad.

Existe en nuestra comarca gran cantidad de edificios, en los que la piedra blanca es un elemento constructivo o decorativo. El más emblemático es la Colegiata de Torrijos, siendo la joya de esta cantera la pila bautismal de Huecas.

Delimitada por el castillo de Barcience, la raya de Rielves y el Camino Real de Toledo a Castilla, dentro del termino de Huecas hay una meseta en la que afloran grandes moles de piedra blanca. Se dan dos tipos: una piedra más dura situada al este y otra más porosa y blanda, que se extrajo del corte que mira a Torrijos.

La piedra más dura se empleó en los grandes paños de las paredes y en la mampostería de aparejo toledano, como sillarejo, haciendo juego con el ladrillo. Mientras que la piedra blanca labradera se utilizó en los sillares de zócalos (como en la torre de Quismondo del siglo XVI), en los dinteles de puertas y ventanales (palacio de los Duques de Maqueda y colegiata en Torrijos), en las columnas y nervaduras de techos así como en la construcción enteriza de la pila bautismal de Huecas.

La explotación intensiva de esta cantera de Huecas coincidió con la construcción de los mayores edificios religiosos y civiles de nuestra comarca. Los castillos de San Silvestre, Barcience, Caudilla y Maqueda son buena prueba de ello. Las casas solariegas y las grandes torres, los hospitales y conventos y la mayor parte de nuestras iglesias se construyeron con la piedra labradera de la cantera de Huecas. De todos estos edificios el más hermoso y mejor conservado es la Colegiata de Torrijos, terminada en 1518, en la que doña Teresa Enríquez empleó 32.000 ducados.

El sistema de trabajo consistía en ir labrando cada pieza en la misma roca hasta extraerla ya casi terminada. Por esta razón se la llamó cantera de piedra labradera.

La piedra de esta meseta de Huecas, conocida en la actualidad como “La Cantera” y “Las Higueras”, está en la base de los más nobles edificios de nuestra comarca. Y fue una fuente de trabajo en el siglo XVI para picadores, canteros, transportistas, alarifes y peones de obra.

MERCADOS

LOS MERCADOS DE LA COMARCA

Los vecinos de de Novés, que hacen las Relaciones de Felipe II, ofrecen una información muy detallada de los mercados de la comarca: “La villa de Torrijos tiene un mercado muy principal los miércoles de cada semana, franco, y la villa de Santa Olalla tiene otro mercado muy antiguo y principal cada lunes de la semana, y se cree que goza de algunas franquezas, y la villa de Fuensalida tiene un mercado muy pequeño y no franco los viernes y este mismo dia la villa de Maqueda tiene otro mercadillo ruin” (Relaciones de Novés, nº 57).

También los informantes de Portillo hablan de los mercados de las poblaciones cercanas más importantes: Fuensalida y Torrijos. El mercado de Fuensalida se celebraba los viernes y no era franco. Mientras que el de Torrijos, que se celebraba los miércoles, es “buen mercado y es mercado franco”.

En Camarena informan sobre el mercado de Fuensalida, que se celebraba los viernes “y no saben la exención que tiene”. Mientras que del mercado de Casarrubios del Monte dicen que era “horro por privilegios que tiene”.
Los vecinos de Erustes, al informar sobre las carencias que hay en el pueblo, dicen lo siguiente: “Y lo que mas falta en este lugar es pescado, sardinas, hierro y acero, sal, de todo lo cual se provee este lugar de los mercados de Santa Olalla, Torrijos, Toledo y Talavera”.

EL MERCADO DE FUENSALIDA

En Fuensalida se celebraba mercado todos los viernes. “E no es franco”, informan en Portillo.

Efectivamente, los mercaderes forasteros debían pagar:
-La veintena por cada pieza de paño o vara vendida.
-Cinco sardinas por cada canasto de pescado.
-La veintena por sartenes, calderas y otras cosas “fechas de arambre”; la veintena también por queso, miel, cera, peces, barro vidriado, vidrio etc. También los pimenteros y hortelanos forasteros, el esparto hecho o por hacer.
-Por cada carga de fruta se pagaban cuatro dineros.
-El salinero: tenía que pagar un celemín de sal por cada costal.
-Por cada cabeza de ovejuno o cabruno: el impuesto era un dinero. Y cuatro dineros si era vaca o buey.

Toda mercancía vendida por forasteros pagaba la veintena.

El mayorazgo de los señores de Fuensalida constituido en el año 1435 ya incluía el mercado junto con las casas de su propiedad que tenían en la colación de Santo Tomé en la ciudad de Toledo y sus propiedades en Fuensalida con “el señorío, jurisdicción, vasallos, casas, heredades, tierras, derechos que eran en el dicho lugar de Fuensalida y en su término”. Además este mayorazgo lo formaban los tributos, alojares, andadurías, pechos, mercado y todos los otros pechos y derechos que había en Fuensalida y 7.000 maravedíes que tenían por juro de heredad cada año “señaladamente en las alcabalas del citado lugar”.

MERCADO Y FERIA EN MAQUEDA

En Maqueda había mercado desde tiempo inmemorial. Era mercado franco los martes de cada semana. Pero este mercado le hacía la gente del pueblo “y acude muy poca gente y menos mercadurías”, informan los vecinos de Maqueda. En Novés dicen que este de Maqueda era “un mercado ruin”.

También en Maqueda había feria franca de treinta días al año: del 15 de julio al 15 de agosto. Pero era una feria donde no se juntaba “ningún ganado ni otras mercaduras de cantidad”.

PUEBLA MONTALBÁN

El de La Puebla de Montalbán era mercado franco, concedido a la villa por el Rey Juan II (1405-1454). Se celebraba todos los jueves. No se pagaba alcabala (tributo) por lo que se vendía y así se respetaba por los señores de Montalbán, que tenían el derecho de alcabala en todas las demás compraventas.

De este mercado no habla ninguno de los pueblos de la comarca. Parece que no era muy conocido fuera de La Puebla de Montalbán.

SANTA OLALLA

Se hacía mercado todos los lunes. No era franco. El Conde de Orgaz tenía el derecho de portazgo sobre todo lo que, por cualquiera de sus tres puertas torreadas, llegaba de fuera de Santa Olalla para ser vendido en la villa.

“Solía ser bueno y muy nombrado y ya no lo es”, dicen los informantes de Santa Olalla en las Relaciones de Felipe II. Esta mala situación del mercado parece ser consecuencia de no ser libre de impuestos. El de Santa Olalla no era mercado franco.

BARCIENCE

También en Barcience había mercado los martes. Por costumbre, “pero que ninguna cosa se viene a vender ni se hace mercado mas de haber esta voz antiguamente”, dicen los informantes en las Relaciones del Rey Felipe II.
Era Barcience una población de muy pocos habitantes (tenía 130 vecinos) y económicamente muy pobre: era de señorío solariego del Conde de Cifuentes. Era una población estacionada “y que la causa porque no crece antes parece que ha de disminuir es por ser todo él del Conde de Cifuentes, solariego y tributaria, que no hay cosa que no lo sea”, se informa desde Barcience al Rey Felipe II. Al Conde de Cifuentes se le pagaba anualmente el tributo perpetuo.

TORRIJOS

Los informantes en las Relaciones de Felipe II dicen que en Torrijos, desde tiempo inmemorial, había mercado franco en todas las cosas todos los miércoles del año, incluida toda la cuaresma, que era feria franca. Fueron los Reyes Católicos los que, el día 8 de febrero de 1485, concedieron mercado franco a la villa de Torrijos.
Los vecinos de Erustes, al informar sobre las carencias que hay en el pueblo, dicen lo siguiente: “Y lo que mas falta en este lugar es pescado, sardinas, hierro y acero, sal, de todo lo cual se provee este lugar de los mercados de Santa Olalla, Torrijos, Toledo y Talavera”.

Los informantes de Villamiel dicen que Torrijos era “una villa cercada por algunas partes de cal y canto y otras de tapiería de tierra, de 800 vecinos, “en la cual se coje gradísima cantidad de aceite y hay tratos de xabonerias y colambres y otros muchos tratos y se hace en ella un mercado el miércoles de cada semana en el cual ha mucho tiempo que todas las mercaderías que en el se venden las venden horras ansi los de la villa como todos los forasteros”.

En estos informes se habla de algunos productos, que se podían adquirir en el mercado de Torrijos: pescado, sardinas, hierro y acero, sal y jabón. También se vendían colambres (cueros curtidos o no). Los odres, corambres o “pellejos” estaban hechos de cuero generalmente de cabra, que, cosido y empegado por todas partes menos por la correspondiente al cuello del animal, servía para contener vino o aceite.

Es de suponer que desde el mercado de Torrijos, celebrado en miércoles, los vendedores fueran el viernes al mercado de Fuensalida con sus mercancías: piezas de paño, sardinas, canastos de pescado salado, sartenes, calderas y otras cosas “fechas de arambre”, queso, miel, cera, peces, barro vidriado y vidrio etc. También acudirían los pimenteros, hortelanos forasteros, los esparteros con el esparto hecho o por hacer. Cargas de fruta. Los salineros de Espartinas junto a Ciempozuelos vendiendo a celemines la sal molida, que se echaba en costales, o la sal en bolos para los animales. En Fuensalida por cada cabeza de ovejuno o cabruno el impuesto era un dinero. Y cuatro dineros si era vaca o buey.
Los piconeros de La Puebla también traían al mercado leña y carbón para cocinar y calentarse.
Los pueblos vecinos venían a Torrijos a comprar todos estos productos y, sobre todo, la madera para la construcción de sus casas. Los serranos de Ladrada, Cadalso y Cebreros traían a Torrijos tablas y vigas para venderlas en el mercado.
En la plaza del mercado había ya en siglo XV una bodega, con tienda y cámara, traspasada a un judío. Estaba junto a la fragua y paredaña con el Mesón Nuevo. También estaba ubicada en la Plaza del Mercado la Cárcel Real. A la parte de poniente de la Plaza del Mercado fue construido el grandioso palacio de los Duques de Maqueda con casi 4.000 metros cuadrados.

CARENCIAS

LA LEÑA
Casi todos los pueblos se quejan de la falta de leña. La gran mayoría utilizaba la leña procedente de la poda de olivos y vides. Cualquier arbusto era bueno para guisar y calentarse en invierno. La “atarfa” que dicen en Burujón, es la atalfa o taray, un arbusto de tres metros de alto muy frecuente en los márgenes de ríos y arroyos. Utilizaban también retama, jara, romero, coscoja (chaparro), tamujos (escobón de río), mataparda, tomillo, aulagas (matas espinosas de flores amarillas).
En algunos pueblos utilizaban leña de encina, almendros, robles, acebuches, fresno etc. Otros traían la leña de San Román, de Valdepusa, de la sierra (dicen en Maqueda) o de la Villa del Prado. Era el caso de Quismondo: traían la leña de los montes del Prado (Villa del Prado), hasta donde iban entre montes y cruzando el Alberche en un barco.

La Puebla de Montalbán incluso exportaba leña y carbón. En sus buenos montes, era abundosa en leña: madroñales, romerales y encinares. Proveía de leña y carbón “a mucha parte del reino de Toledo”. Esta producción había disminuido como consecuencia del desmonte realizado por el Conde de Montalbán. En el monte que había junto al Torcón se criaban robledales, trexos, quejigos y acebos.
Escalonilla, falta de leña, la traía de los montes de La Puebla de Montalbán así como el carbón. También de los montes de Toledo. Los piconeros venían a venderlo a Escalonilla de estos montes.
La falta de leña para cocinar y calentarse era un grave problema para casi todos los pueblos de la comarca. Lo traían de lugares muy alejados “y ansi lo train a mucha costa, y el que no puede padece”, dicen los informantes de Alcabón.

SAL PARA PERSONAS Y ANIMALES

Las poblaciones de la Comarca ponían de manifiesto que carecían de sal y que la traían de Espartinas, cerca de Ciempozuelos (Madrid), donde había unas minas de sal. Su nombre le venía de la gran cantidad de esparto que nacía en aquel terreno. De estas minas de sal se habla ya en documentos del siglo XII. Desde la Edad Media se llamó a la sal el “Oro Blanco”. En 2006 estas minas fueron declaradas BIC.

En el año 1564 el Rey Felipe II había creado el Estanco de la Sal, al que habían sido incorporadas todas las salinas del Reino, menos Andalucía. Se buscaba organizar un abastecimiento más regular y abundante de este elemento tan necesario para personas y animales, evitando así abusos por parte de los dueños.

La sal era necesaria para la conservación de alimentos (salazones, jamón, embutidos etc) y para la alimentación de personas y animales herbívoros (caballos, burros, mulas y bueyes) en orden a recuperar el cloruro sódico eliminado en los trabajos del campo por el sudor y la orina.

También se utilizaba la sal para hacer el jabón en las fábricas de Torrijos.

En Espartinas se produjeron 30.000 fanegas de sal en el año 1580 y 34.000 en 1590. En estas fechas se vendió a 6 reales la fanega de sal.

A la comarca traían la sal en carros gentes que se dedicaban a este negocio. La sal-piedra era molida, dedicando la más refinada al consumo humano; con el resto se fabricaba los bolos para los animales. En Fuensalida el salinero, que venía a vender sal al mercado, debía entregar un celemín de sal por cada costal que vendiera. En estos años se pagaba la fanega de sal (12 celemines) a 6 reales.

RESPUESTAS
DE NUESTROS PUEBLOS

ALBARREAL

En el reino y arzobispado de Toledo, era de la jurisdicción de la ciudad de Toledo.

Conocida en la antigüedad como Albalá o Alcalá del Río. Cuando se le concede el título de Villa en el siglo XVII, se le cambia el nombre por el de Alba Real, que es el título de sus nuevos amos, los condes de Alba Real.

Tierra fragosa, rasa, sin montes.

Cereales: Tierra de poca labor. Se recogen 4.000 fanegas de pan; la mayor parte es cebada.

Fiestas: El lunes “Casimodo” y San Pedro y San Pablo.

Ganado: Algunas ovejas.
Leña: La traían de los sotos que tenía el Duque de Maqueda en la ribera del Tajo.
Materiales de construcción: Las casas eran de tierra y “godón”.
Molinos: Molían en los molinos de Calaña, en el Tajo.
Vecinos: Tenía 55 vecinos. La población iba en disminución “por ser las heredades del pueblo de diferentes señores”. Los vecinos eran todos labradores y trabajadores del campo.

Vino: Vino en poca cantidad.

ALCABÓN

Gutierre de Cárdenas, cuando la compró, ya la hizo villa. Situada en el reino y arzobispado de Toledo, y arciprestazgo de Santa Olalla, estaba bajo la jurisdicción del Duque de Maqueda.

Por Alcabón pasaban muchos portugueses y gentes de León.

Tierra fría, llana y sana.

Estaba situado en un valle. Con un término muy pequeño de 600 fanegas de tierra (500 del Duque y 100 de algunos vecinos).

Aceite: En total había seis molinos de aceite, uno tenía su almacén. Eran de conventos de Toledo, de una capellanía constituida en Cebreros y de un vecino de Alcabón.
Lo que más se cogía era aceite: el diezmo de la aceituna ascendía a 75.000 maravedíes.
Carencias: Lo que más escaseaba era trigo, vino y leña, que tenían que comprar en los pueblos cercanos.

Caza: Por ser tierra rasa sólo se criaban perdices, conejos y liebres en poca cantidad excepto en la zona limítrofe con Maqueda, que por la cantidad de olivas que hay parece monte.
Cereales: Era tierra de poca labranza: 500 fanegas de tierra del Duque de Maqueda y 100 fanegas de tierra de particulares. Se cogían 3.000 fanegas de pan (trigo y cebada).
El diezmo del pan (trigo y cebada) era de 20 cahíces.

Fiestas: Santo Tomás Cantuariense (29 de diciembre), San Sebastián y el día de la Revelación de San Miguel (8 de mayo).

Ganado: Sólo había un prado concejil de una fanega de tierra con buena hierba para el ganado; pero el término sólo daba pastos para sustentar a 500 ovejas. Se criaba muy poco ganado, porque no había terreno de pastos. El diezmo de los corderos ascendía a 1.000 maravedíes y el de todo el ganado a 10.000 maravedíes.

Hortaliza: Varios vecinos tenían huertas regadas con noria. Producían hortalizas, higos, granadas y ciruelas, aunque pocas.
Leña: Tenían falta de leña, que no había en el término. Sacaban algo de leña de la poda de olivas y de las viñas. Lo traían de los montes de Cardiel (a tres leguas) o de lugares más alejados “y ansi lo train a mucha costa, y el que no puede padece”.
Materiales de construcción: La piedra tosca para los cimientos la traían de Barcience a dos leguas. Las casas se hacían de tapiales. El ladrillo y la teja se traía de una legua y la madera, de Cebreros y de Ladrada a más de diez leguas; otras veces lo traían a vender los mismos serranos.
Molinos: La molienda del trigo la hacía en el Tajo y, durante el invierno, en los molinos de Maqueda.
Nivel económico: Todos los vecinos eran labradores y trabajadores. Sólo un hidalgo. Toda la gente era muy pobre, pues no tenían ninguna heredad. Su trabajo era arar el que tenía bueyes y el que no los tenía su trabajo era cavar, varear la aceituna y segar. Había un sastre, un herrero y un tejedor de terciopelo.
Otros vecinos de Alcabón iban a Torrijos o a otras partes a trabajar.
Propietarios: El Duque de Maqueda tenía en el término 2.500 olivas y 500 fanegas de tierra. Las monjas de Santo Domingo el Real de Toledo tenían 400 olivos y un molino de aceite; los frailes de la Sisla de Toledo eran dueños de 450 olivas; las monjas de Santa Clara de Toledo tenían 1.400 olivas, una casa y un molino de aceite. También las monjas de Santa Úrsula de Toledo tenían más de 2.500 olivas, una casa, un molino de aceite y su almacén. También tenían olivos vecinos de Torrijos y Santa Olalla. Concluyen diciendo que “todas las haciendas de este pueblo son de frailes y monjas y forasteros”. Los del pueblo eran dueños de unas 300 olivas y las casas y viñas.
Tierras de cultivo: Era tierra de poca labranza.
Tributos: El duque de Maqueda tenía 25.000 maravedíes de las alcabalas. Recibía también 270 fanegas de trigo de las tierras que había dado en renta a los vecinos, 25 maravedíes y por cada millar de maravedíes de ventas, recibía dos gallinas. Además percibía el Duque las tercias de los diezmos.
El concejo tenía los derechos de la cántara para medir el aceite (4.000 maravedíes). Era propietario también de una casa en la que estaban la taberna y la tienda, que pagaban la alcabala y dos mil maravedíes de la renta de la casa. El carnicero pagaba por la casilla donde tenía el negocio 1.000 maravedíes y las alcabalas.
Vecinos: Alcabón tenía 106 vecinos.

Vino: Había un pago de viñas como de 100 hanegadas. El diezmo del vino era de 5.000 maravedíes.

BARCIENCE

La villa de Barcience, situada en el reino y el arzobispado de Toledo, era del Conde de Cifuentes.

Tierra rasa, muy fría en invierno y muy cálida en verano. Era de clima muy enfermo, por estar en bajo y “por razón de que no le señalan los aires”, informan en Caudilla.

Abastecimiento: De carne y otros productos se abastecían en Barcience y en otros lugares cercanos, especialmente en Torrijos y en Toledo.

Caza: No se criaba ningún tipo de caza por ser tierra rasa y sin abrigo.
Cereales: Había abundancia de pan (trigo y cebada): cuatro o cinco mil fanegas al año.

Fiestas: Los mártires San Cirico y Santa Julita.

Ganado: Se criaba poco ganado ovejuno y alguna vaca.

Hortaliza: Solamente había dos pequeñas huertas regadas con agua de noria y de un pequeño arroyo.
Leña: Era muy falta de leña y la que gastaban era la poca que se cortaba de las olivas. La traían de la ribera del Tajo. Había necesidad de leña.
Materiales de construcción: Las casas y edificios se hacían de tapias de tierra, “muy flacas y bajas”. Había una gran falta de materiales, que se traían de Torrijos y otros lugares.

Mercado: Los martes era el día del mercado. Por costumbre, “pero que ninguna cosa se viene a vender ni se hace mercado mas de haber esta voz antiguamente”.
Mesón: El Conde de Cifuentes tenía una venta llamada Daracada, que valía 20.000 maravedíes, situada en el camino real.
Nivel económico: Era una población de labradores; también vivían allí cinco hidalgos. Era de gente muy pobre y se sustentaban trabajando los cereales y labrando las viñas y olivos.
Los más pobres iban a Torrijos a ganar el jornal y a otros lugares.
Tributos: Era una población estacionada “y que la causa porque no crece antes parece que ha de disminuir es por ser todo él del Conde de Cifuentes, solariego y tributaria, que no hay cosa que no lo sea”, se informa desde Barcience. Se le pagaba al Conde anualmente el tributo perpetuo.
Vecinos: 130 vecinos.

Vino: Se producía mucho vino.

BURUJÓN

Era aldea de Toledo, de su jurisdicción y del arzobispado de Toledo.

Tierra templada. No era nada sana, porque no había hombres viejos.

Caza: Liebres, conejos, perdices y algún zorro.
Cereales: Eran “ruines tierras de poco llevar”: trigo cebada, centeno y candeal.
Concejo: Tenía el concejo dos casas: una de tienda y otra de carnicería y taberna, que rentaban 10 ducados.

Fiestas: San Pantaleón.

Ganado: Había unas 2.000 cabezas de ganado ovejuno.

Hortaliza: Había tres huertas de hortalizas con pocos árboles frutales.
Leña: Era muy falto de leña. La traían del Tajo (“atarfa”)
Materiales de construcción: La falta mayor que había era la de materiales para edificios, “que se traen de fuera parte”. Las casas eran de tierra, algunas de labor (piedra, cal y ladrillo). La madera se traía de Cebreros a nueve leguas. Había 150 casas.
Molinos: Molían en el Tajo o en los de Torralba y Calaña, que eran de Alonso López, vecino de Torrijos.
Nivel económico: Los vecinos eran labradores y trabajadores y tres hidalgos. La mayoría, pobres; y los tratos de labranza y crianza.
Pesca: Había pesquería de peces en el Tajo.
Tierras de cultivo: Término pequeño y de “ruines tierras”.

Vecinos: Había unos 150 vecinos

CAMARENA

Aldea en el reino y arzobispado de Toledo, era de la jurisdicción de la ciudad de Toledo, a cinco leguas.

Tierra llana, arenosa y floja. Tiene una parte de monte de encinas y retamas. Era sana y templada.

Aceite: Se cogía aceite en no mucha cantidad.

Caza: liebres, conejos, perdices y algunos lobos y raposos
Cereales: Cada año se recogían 20.000 fanegas de pan (trigo y cebada).

Fiestas: San Silvestre (31 de diciembre)

Fruta: en poca cantidad.

Ganado: se criaba ganado ovejuno y vacuno “y bestiaxes mayores y menores en poca cantidad por ser la tierra tan misera”. El diezmo de las ovejas valían 60.000 maravedíes

Hortaliza: había tres huertas de hortalizas regadas con pozos de noria.

Lana: había tejedores de paños y lienzos.
Leña: Era abundosa en leña de encinas, de almendros, de oliva, de retama y de vides.
Materiales de construcción: Las casas eran de tierra y rafas de ladrillos, de cal y canto, que traían de Villamozén y de Argance. Las tejas y ladrillos venían de Alameda y Yeles.

Mercado: hablan del mercado de Fuensalida, que se celebraba los viernes “y no saben la exención que tiene”. Mientras que del mercado de Casarrubios del Monte dicen que era “horro por privilegios que tiene”.
Molinos: había un molino de aceite, propiedad de las monjas de San Ildefonso de Camarena.
Nivel económico: La mayor parte eran labradores y trabajadores y dos hidalgos.
Vivían del trabajo del azadón y de segar y otros trabajos semejantes. Algún carpintero y otros oficios.
Los labradores que trabajaban fuera del término en arrendamiento eran de cinco a siete pares de ganado de labor. Los que lo hacían en el término eran de “a un par y a dos pares de ganados mayores y menores”.
Tierras de cultivo: Tierra liviana, faltaba para labrar, teniendo que salir fuera del término en tierras en renta. Había mucha cantidad de viñas y olivos, almendros y encinas.
Vecinos: 399 casas, 370 vecinos varones, 70 viudas vecinas y 28 casas de huérfanos alquiladas.
Había 14 casas de moriscos de los que el Rey mandó repartir procedentes del reino de Granada.
En total 438 vecinos.

Vino: se producía vino en cantidad de 30.000 arrobas. El diezmo del vino valía 120.000 maravedíes.

CARMENA

En el reino y arzobispado de Toledo, era de la jurisdicción del Duque de Maqueda.
Su producción principal, además de los cereales, era el aceite y el vino.

Molían en el Tajo, término de La Puebla de Montalbán.
Tenía 250 vecinos.

CARPIO DE TAJO

Población de la jurisdicción de La Puebla de Montalbán, situada en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Maqueda.

Tierra caliente, llana, un poco áspera y montuosa la mayor parte de ella. A media legua pasaba el río Tajo. Tierra sana que está en XLI grados de la equinoccial y poblada de buena gente.
Aceite: Se recolectaba mucho aceite.
Carencias: No tenían sal, que lo traían de las salinas de Espartinas, cerca de Ciempozuelos.
Caza: conejos, liebres, perdices, francolines, avutardas; también muchos ciervos, corzos, gamos jabalíes, lobos, zorras, osos y cabras monteses.
Cereales: Cogían al año 100.000 fanegas de pan (trigo y cebada)
Colmenas: Se producía mucha miel.

Fruta: En la vega del Tajo había “ricas guertas de todas frutas”.

Ganado: Era tan abundoso en pastos que en sus términos había más de cien mil cabezas de ganado. En una dehesa llamada Madrigal pastaban 8.000 ovejas y vacas y otros ganados. Había mucho ganado vacuno, puercos, ovejas y cabras.

Hortaliza: En la ribera del Tajo había ricas huertas.

Lana: “La granjeria que la gente comúnmente tiene después de la del campo, es labrar la lana, y lo que hace de ello es estameña y telillas de todas suertes y colores, paños de mezcla, tiene fama la ropa y estameñas de esta tierra, porque se lleva a muchas partes y reinos”.
Leña: Era abundosa en leña: jara, romero, coscoja (chaparro), encinas, robles y acebuche.
Materiales de construcción: Había “todo aparejo de canteras”, cal y ladrillo y teja para edificios. Había casas de planta baja y dobladas.

Mesta: Se refieren los informantes a un puente sobre el Tajo, situado a una legua (es el mismo de que se habla en la Relación de La Puebla de Montalbán). Estaba medio caído con partes de madera. Por él pasaban al año más de 300.000 ovejas, que venía, cañada abajo, desde León, Soria, Segovia y Buitrago hacia Cáceres, La Serena, Mérida y Medellín para pasar el invierno en los “andevanos” de estas tierras y volver a subir para. Cada año “andan estas ovejas las que mas lexos van, cien leguas de ida y otras tantas de vuelta”. En este puente se pagaban los derechos de Su Majestad y a otros señores que tenían derecho.

Molinos: Molían en los dos molinos que había en la ribera del Tajo, con siete ruedas en total.
Pesca: En el Tajo había barbos, bogas grandes, anguilas y otras clases de peces.

Producción: “Es tierra que ninguna cosa le falta para que los hombres vivan”. Informan que El Carpio tenía “más cosas necesarias a la vida que otras que en España se saben: mucho pan, y mucho vino, mucho aceite y mucha leña, mucho ganado, miel y cera, caza, mucho pescado fresco, buenas aguas, muchas moliendas y ríos, muchos montes”.
Vecinos: Había 250 casas.

Vino: Se cogían 100.000 cántaras de vino.

CARRICHES

Villa de Santa Olla, situada en el reino y arzobispado de Toledo; arciprestazgo de Santa Olalla. Pertenecía al Conde de Orgaz.

Tierra barrancosa y sana.

Fiestas: San Juan Ante Portam Latinam, Santa Águeda y San Sebastián.
Leña: Muy falta de leña, que traían de Valdepusa y de otras artes.
Materiales de construcción: Las casas eran todas bajas y de tierra. Algunos materiales se traían “de acarreo”.
Molinos: Molían en el río Tajo.
Nivel económico: Gente muy pobre y necesitada que “viven de sembrar un dejugar”.
Vecinos: Unos 80 vecinos, todos labradores y tres hidalgos.

CAUDILLA

Villa desde tiempo inmemorial, era del arzobispado de Toledo y del arciprestazgo de Rodillas. Pertenecía a la jurisdicción del Mariscal de Castilla, Don Juan de Ribadeneira.

Es tierra llana, fría, rasa y sana.

Caza: No se criaba en Caudilla.
Cereales: Tierra de labranza lo que más se cogía era trigo y cebada. El diezmo valía 40 cahíces de pan (trigo y cebada). El total del diezmo se arrendaba en 18.000 maravedíes.

Fiestas: San Juan Ante Portam Latinam, San Esteban y el Ángel Custodio.

Ganado: En una dehesa de la villa, con algunas retamas, pastaba el poco ganado que había.

Impuestos: El Mariscal de Castilla tenía una renta en pan (trigo y cebada), gallinas y “dineros”. En propiedad tenía casas, olivas, tierras y “alaxares”.

Leña: Era muy pobre en leña, que en el término no había. Se proveían de leña de olivo en los pueblos cercanos: Torrijos, Maqueda, Val de Santo Domingo.
Materiales de construcción: Los edificios eran de tapiería y rafas de ladrillo. Las casas a una o dos aguas. Los materiales como teja, ladrillos, piedra y cal se traían de fuera.
Molinos: Molían en el Tajo, a tres leguas.
Nivel económico: Doce labradores y los demás, trabajadores.
Trabajo: La mayoría de los vecinos iban a trabajar a Torrijos, pero vivían en Caudilla.
Vecinos: Había 50 vecinos. Unas 60 casas.

Vino: En el término no había ninguna viña.

DOMINGO PÉREZ

Aldea de Santa Olalla, era del Conde de Orgaz. Del reino y arzobispado de Toledo y arciprestazgo de San Olalla.

Tierra templada, llana, rasa y sana.

Aceite: Se recogía algo de aceite. “Alguna aceituna”.
Cereales: Poco trigo. Se recogían 2.000 fanegas de pan.

Fiestas: San Gregorio Nacianceno, Santa Ana, el Triunfo de la Cruz y San Blas.

Ganado: Ovejas y becerros para la labranza. El diezmo de los corderos valía 15.000 maravedíes.

Impuestos: El Conde de Orgaz llevaba unos 3.000 maravedíes y cobraba las alcabalas en nombre del Rey.
Leña: No había ninguna leña, que traían de Valdepusa y San Román.
Materiales de construcción: Las casas eran de tierra de tapias (tapiales), de ladrillo, que se hacían en el mismo pueblo, y de cal, que traían de fuera.
Molinos: Molían en el río Tajo.
Nivel económico: No había hombres ricos. Sólo cuatro o cinco de a dos mil ducados.
Vecinos: Había 150 vecinos: 40 labradores y el resto, jornaleros. Acudían algunos a trabajar fuera del término. Dos hidalgos.

Vino: Algo de vino. El diezmo del vino valía 35.000 maravedíes.

ERUSTES

Aldea situada en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Santa Olalla, era de la jurisdicción del Conde de Orgaz.

Tierra llana, templada y sana
Aceite: Medianamente abundosa en aceite. Había huertas de olivas.
Carencias: “Y lo que mas falta en este lugar es pescado, sardinas, hierro y acero, sal, de todo lo cualse provee este lugar de los mercados de Santa Olalla, Torrijos, Toledo y Talavera”.

Caza: No había caza ninguna.

Cereales: No se producía gran cantidad de pan (trigo y cebada). Y el diezmo valía 25 cahíces, siendo los diezmos del grano de la Encomienda de San Juan 3.000 fanegas y los de las minucias de esta Encomienda, 30.000 maravedíes.

Fiestas: San Sebastián, San Jorge y la Invención de la Santa Cruz.

Fruta: Había huertas regadas con agua de pie que nacía en la misma tierra: se criaban guindas, granados e higueras, y otros árboles y hortalizas.

Ganado: No era abundante el ganado para surtir de carne al pueblo.

Hortaliza: La encomienda de San Juan tenía en el término una huerta grande, que rentaba 60.000 maravedíes.
Leña: Falta de leña, que traían de Valdepusa y de la tierra de Montalbán.
Materiales de construcción: Las casas eran en su mayoría de tapias de tierra. Las tejas y los ladrillos los traían de fuera. La cal venía de las caleras de Malpica. La madera era de las sierras de Ladrada, a ocho leguas.
Molinos: Hacían la molienda del trigo en los molinos de Corralejo, que estaban en el Tajo.
Nivel económico: Los vecinos eran pobres y necesitados. Todos eran labradores, trabajadores y arrieros. No había ningún hidalgo.
Vecinos: Había 80 vecinos.

Vino: Medianamente abundosa en vino.

ESCALONILLA

Aldea de la jurisdicción de la ciudad de Toledo, en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Rodillas.

Situada en un valle, era tierra de labranza “para pan, razonables tierras”, sana y templada.
Arboleda: Una dehesa con pocas encinas y una alameda recientemente puesta según mandato del Rey. Era la Huerta del Rey.
Carencias: Era falto de leña, fruta.

Caza: Liebres y perdices y algunos conejos “y no hay otras salvajinas en el”.
Cereales: Sobre todo, se recogía trigo y cebada, así como algo de centeno para los bueyes de labor. El diezmo era de 70 cahíces de trigo y cebada.

Fiestas: San Germán, Nuestra Señora de la Concepción, San Gregorio y San Sebastián.

Fruta: En varias huertas había ciruelas, cermeñas, higueras y granados.

Ganado: Había ganado ovejuno, cuyos dueños los llevaban a pastar fuera del término, “pagando las yerbas por sus dineros”.

Hortaliza: Había varias huertas, pero ya en jurisdicción de Maqueda.

Lana: Había muchos vecinos que trabajaban la lana para estameña como tejedores y cardadores. Se labraban algunas estameñas “e son buenas”.
Leña y carbón: Era falta de leña, que trae de los montes de La Puebla de Montalbán. El carbón lo traía de estos montes y también de los montes de Toledo, que lo traían a vender a Escalonilla.
Había una dehesa con pocas encinas
Materiales de construcción: La mayor parte de las casas no estaban dobladas, sin cimientos, de tapiales de tierra. Algunas tenían cimientos de un gorrón (guijarro pelado y redondo), ladrillo, cal y teja. Los ladrillos y la cal la traían de La Puebla de Montalbán. Y la madera se la compraban a los serranos en el mercado de Torrijos.
Molinos: Iban a los molinos del Tajo.
Nivel económico: Los habitantes eran en buen número oficiales azadoneros. Todos eran pecheros, menos uno que era Caballero Comendador de la Orden de San Juan. En general eran gente pobre, que vivían de trabajar en la labranza.
Tierras de cultivo: Todas eran tierras de labor de las que se cogía, sobre todo, trigo y cebada.
Tributos: Los dueños de terrenos de labor y de viñas pagaban por cada aranzada (4.500 metros cuadrados) dos gallinas y un pollo.
Vecinos: Había 250 vecinos y 220 casas

Vino: Había tierras plantadas de viñedo, que producía para abastecer a la población.

FUENSALIDA

Villa situada en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazo de Rodillas. Pertenecía al Conde de Fuensalida.

De clima templado y tierra liviana, sana y no enferma.

La villa de Fuensalida, como cabecera del señorío de su nombre, fue especialmente dotada por los Condes a lo largo del siglo XVI. Se realizan varias obras en la parroquia. En 1568 se arregla el reloj de la torre, cuyo coste fue de 35.000 maravedíes. Se funda el monasterio de clausura de monjas franciscanas de la TOR por bula papal de 1538. El tercer Conde de Fuensalida fundó el Hospital de Nuestra Señora y edificó la casa-palacio según el estilo renacentista imperante.

El cuarto Conde de Fuensalida (1537-1599) estuvo desde niño al servicio de Felipe II, quien el 15 de marzo de 1580 pernoctó en Fuensalida. Este cuarto Conde, mayordomo mayor del Reino, duplicó la capacidad del pósito del trigo, fundó el Colegio de la Santísima Trinidad para jóvenes “necesitados y estudiosos”. El convento de los franciscanos fue fundado en 1573, para ser enterrados en él el cuarto Conde y su esposa Magdalena Cárdenas, hija del Duque de Maqueda. Estos ejemplares esposos fueron conocidos como “los Benéficos”.
Alfares: Funcionaban algunos alfares.
Lana: Ya había 3 telares de estameña.
Leña: Utilizaban leña de olivas, cepas de vid y lo que compraban en Santa Cruz y La Torre de Esteban Hambrán.

Situación tributaria (1):

1-Mercado: Se celebraba todos los viernes. “E no
es franco”, informan en Portillo.

Efectivamente, los mercaderes forasteros debían pagar:
-La veintena por cada pieza de paño o vara vendida.
-Cinco sardinas por cada canasto de pescado.
-La veintena por sartenes, calderas y otras cosas “fechas de arambre”, por queso, miel, cera, peces, barro vidriado, vidrio etc. También los pimenteros y hortelanos forasteros, el esparto hecho o por hacer.
-Por cada carga de fruta se pagaban cuatro dineros.
-El salinero: Un celemín de sal por cada costal.
-Por cada cabeza de ovejuno o cabruno: un dinero. Y cuatro dineros si era vaca o buey.

Toda mercancía vendida por forasteros pagaba la veintena.

2-Tributos: El concejo desde finales del siglo XIV había cedido al Conde de Fuensalida los siguientes derechos:
-Carnicería: por cada cabeza de res mayor de ovejuno o cabruno: dos dineros de sangre y un dinero por cada cabrito o cordero. Por cada res mayor de vacuno, un maravedí.

-Panadería: La veintena de todo lo que se hiciera.

-Tiendas de “Çagadería” (comestibles al por menor): 70 maravedíes.

-Juego: tenían que pagar 62 maravedíes todos los que se juegaran a dados más de dos azumbres de vino (2,05 litros).

Trigo: una cuartilla por cada fanega

Vino y aceite: un dinero por cada carga de vino o un odre de aceite.

3-Rentas del Conde: Desde 1485 el Conde tenía 18.000 maravedís de alcabalas, 3.837 maravedíes de casas y viñas, 2.000 por escribanía, 4.000 de derechos de veintena del mercado, 9.600 por la venta del esquilmo del olivo, 119 gallinas de los vecinos y otras 32 por pechos y alguacilazgo.

En 1489 las rentas totales del Conde ascendieron a: 19.437 maravedíes, 127 fanegas de pan, 142 gallinas, 9.600 maravedíes de olivos y viñas.

El Conde tenía el derecho de “maherir”, que consistía en dar al señor obligatoria y gratuitamente peones para su servicio.

Nivel económico: Había 112 labradores pecheros, que pagaban 112 fanegas de pan (trigo y cebada).
Vecinos: 800 vecinos.

Vino: Había una importante producción de vino. Los pueblos cercanos, como Quismondo, venían a Fuensalida a comprar vino.

(1) Datos tomados de la obra titulada “El Condado de Fuensalida en la Baja Edad Media”, Alfonso Franco Silva, Cádiz 1994.

GERINDOTE

Gerindote estaba situado en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Rodillas.

Tierra templada y llana, sin montes. Término muy pequeño. Tierra de mediana labor.

Aceite: El diezmo de aceite y menudos ascendía a 70.000 maravedíes.

Caza: No era tierra de caza: sólo pocos conejos, liebres y perdices.
Cereales: El diezmo del pan (trigo y cebada) era de 25 cahíces.

Fiestas: San Sebastián y San Juan Ante Portam Latinam.

Impuestos: El Duque de Maqueda cobraba las alcabalas (20.000 maravedíes). Sacaba unas 40 fanegas de trigo-cebada de unas tierras que teníe en término de Gerindote.
Leña: Falto de leña, utilizaban la de oliva.
Materiales de construcción: Las casas estaban hechas de tapiales de tierra. Los materiales se traían de fuera parte.
Molinos: Iban a moler a los molinos del Tajo, a dos leguas.
Nivel económico: Pueblo de labradores y trabajadores. Unos 20 labradores de un par de mulas. Vivía allí un solo hidalgo. Pero la gran parte era gente necesitada y vivían de labranza y trabajo.
Vecinos: Tenía 100 vecinos.

Vino: El diezmo del vino valía 10.000 maravedíes

HUECAS

Villa desde tiempo inmemorial, estaba situada en el reino de Toledo, pertenecía al arzobispado de Toledo y arciprestazgo de Rodillas. Era de la jurisdicción del Conde de Fuensalida.

Tierra templada y llana y no era enferma.

Caza: Había algunos conejos en la alameda del Conde.
Cereales: El término era tierra de labranza, en la que principalmente se recogían trigo y cebada: unas 20.000 fanegas.

Fiestas: Santa Eugenia (23 de diciembre), San Juan Ante Portam Latinam (3 de mayo) y la Cruz de mayo (5 de mayo).

Fruta: En algunos huertos se cogían uvas moscateles y albillas, peras, manzanas, ciruelas, granadas en poca cantidad.

Ganado: Se criaban en el término ovejas, algunos becerros, terneras, potrancos y pollinos. El diezmo de los corderos era de treinta y cinco mil maravedíes.

Hortaliza: Había algunas huertas de hortalizas y frutas.

Impuestos: El Conde tenía de renta 1.000 fanegas de trigo, otras tantas de cebad y 100 ducados de tributos.

Lácteos: “El queso suele salir por la mayor parte bueno”.
Leña: Era falta de leña, que la adquirían en los pueblos del entorno: Arcicóllar, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán y Santa Cruz del Retamar.
Materiales de construcción: Las casas eran de tapias de tierra con cimientos de piedra, que sacaban del propio término.
Nivel económico: No había hombres muy ricos. La hacienda del que más tenía, valía 5.000 ducados; las de otros valían 1.000 ó 1.500 ducados. Otros muchos eran pobres o muy pobres (son más los pobres que los ricos). Todos vivían del campo.
Pesca: En una alameda, con una cerca de cal y canto, tenía el Conde de Fuensalida dos estanques con gran cantidad de pescado: tencas y barbos.
Vecinos: Tenía unos 110 vecinos (cien casas). Todos eran labradores y trabajadores. No había ningún hidalgo.

Vino: El diezmo del vino era de unos 10.000 maravedíes.

LA MATA

La aldea de la Mata era de la jurisdicción de Santa Olalla (del Conde de Orgaz) y su anejo San Pedro de la jurisdicción de La Puebla de Montalbán (Conde de Montalbán). En el camino real de Toledo a Talavera, estaba en reino y arzobispado de Toledo: La Mata en el arciprestazgo de Santa Olalla y San Pedro en el de Maqueda.

Tierra sana, llana y rasa, de clima templado.
Aceite: “Tiene cantidad de olivas confines con el pueblo, y son de buen esquilmo y aceite calificado”. Sobre todo, el de las olivas de Arcolla.

Caza: Había poca caza por ser tierra muy poblada.
Cereales: En la zona de Arcolla había buenas y fructíferas tierras de labor para trigo y cebada.

Fiestas: Santa Brígida (31 de enero).

Fruta: En la zona de la llamada Cabeza de Arcolla, con agua abundante de pozos y fuentes, había “frutiferos arboles, muy buena fruta”: granados, olivas. Pero eran pocos los árboles frutales.

Ganado: Poco ganado ovejuno y vacuno por ser tierra muy poblada.

Hortaliza: No había huertas.
Leña: La Mata era falta de leña. San Pedro la traía de los montes de la jurisdicción de Montalbán, donde abundaba la jara, la coscoja (chaparro) y el acebuche. No había arboledas.
Materiales de construcción: Las casas estaban hechas de tapiería y fragua de cal y ladrillo.
Nivel económico: Eran labradores, la mayor parte pobres, que sólo tienen la labranza para vivir.
Tributos: El Conde de Orgaz tenía derecho de portazgo de todas las mercaderías, bestias herreras y otras cosas que pasaban por el camino real, según el arancel del mayorazgo del Conde de Orgaz.
El diezmo de La Mata consistía en 500 fanegas de pan (trigo y cebada) y 50.000 maravedíes en dinero. Y el diezmo de San Pedro, 250 fanegas de pan y 10.000 maravedíes.
Vecinos: La Mata tenía 80 vecinos y San Pedro, 20.

Vino: Muy buenos viñedos había en Arcolla, que era un terreno con mucha agua de pozos y fuentes.

MAQUEDA

Villa de la más antigua fundación del reino de Toledo (“en el riñon del”) y su arzobispado, “como lo muestran las torres y edificios y fortalezas”. Era cabeza del arciprestazgo de su nombre en el arcedianazgo de Talavera.

Tierra fría en verano y calurosa en invierno, tierra sana.
Aceite: Era abundosa en aceite. Había muchas olivas: más de 25.000 olivas viejas y muchas nuevas puestas hacía unos años.

Caza: Liebres, conejos, perdices y francolines. No había otros animales: sólo algunos zorros y lobos. La caza y la pesca del término se regía por las “pregmaticas de Su Majestad”.
Cereales: Tierra abundosa en pan (trigo y cebada). Lo que se recogía bastaba para el sustentamiento de la villa “y aun mas”.

Fruta: En la ribera de Prada se criaban guindas, cerezas, garrobales y manzanas comunes, peras cermeñas, perillas, olederas, duraznos, granadas y otras muchas frutas. También muchas legumbres.

Ganado: El ganado pastaba en los prados de los particulares. No se criaba lo suficiente para el abastecimiento de carne de la villa.

Hortaliza: Había un gran número de huertas en los muchos arroyos que discurrían por el término de Maqueda. Algunas de estas huertas rentaban cincuenta mil maravedíes, otras cien mil.

Lana: Se labraban paños y frisas, ropa basta.
Leña: No escaseaba la leña, pues utilizaban la de las olivas y la leña de la dehesa de los Verdugales, la de otros árboles de las huertas o la traían de la sierra a dos o tres leguas.
Materiales de construcción: Las casas eran comunes, humildes y de planta baja, traceadas de ladrillo, con cimiento de piedra y tapiales de tierra. La piedra se traía de dos leguas, la cal de cuatro y el yeso de siete leguas.

Mercado: Desde tiempo inmemorial tenía mercado franco los martes de cada semana. Este mercado le hacía la gente del pueblo “y acude muy poca gente y menos mercadurías”.

También había feria franca de treinta días al año: del 15 de julio al 15 de agosto. Pero era una feria donde no se juntaba “ningún ganado ni otras mercaduras de cantidad”.
Molinos: En los muchos arroyos del término había diez molinos: unos eran propiedad de las monjas concepcionistas de Maqueda, otro de las monjas de Tórtolas (Burgos), otros del Duque de Maqueda; el molino de Aceña era de las monjas de San Pablo de Toledo. El molino de Navarrete era de un vecino de Santa Olalla. Cada molino rentaba a sus dueños 40 fanegas de trigo anualmente.
Todos estos molinos estaban en servicio desde San Miguel (29 de septiembre) hasta el día uno de marzo. El resto del año el agua se dedicaba al riego de huertas y olivares.
Nivel económico: Había 20 hidalgos, siendo los demás labradores pecheros. No había personas ricas a no ser unos veintidós (de hasta 20.000 maravedíes). El resto vivían de sus labranzas y del arrendamiento de olivos. La mayor parte de la hacienda de Maqueda pertenecía a monjas, hospitales y a la catedral de Toledo. Otros vecinos trabajaban en los paños o en otros oficios.
Pesca: En el arroyo de Prada se criaban bermejuelos (peces muy pequeños y sanos), y también anguilas.
Tributos: El diezmo ascendía anualmente a 600.000 maravedíes, que se pagaban en aceituna y trigo. Había muchas haciendas que no pagaban diezmo por ser propiedad de instituciones religiosas.
La villa tenía la renta de la cántara del aceite (13.000 maravedíes), trece pares de gallinas, la renta de la Calahorra (34.000 maravedíes) y las gallinas, la renta de la juradería (oficio de jurado): 11.000 maravedíes, 80 fanegas de trigo y las gallinas. Y otras rentas: 46 fanegas de trigo. Cobraba las rentas del aguacilazgo y del almotacenazgo (2.000 maravedíes), el agua del concejo valía 5.000 maravedíes.
No había portazgos ni peajes. Sí se pagaba un portazguillo al Duque de Maqueda: por cada bestia que se vendía le daban medio real y de los arriendos recibía como hasta quince reales.
El Duque cobraba las alcabalas y tercias de los diezmos y otros aprovechamientos.
Vecinos: Había 550 vecinos. En la antigüedad había tenido mucha más población. Desconocían la causa de esta despoblación “mas de ser ansi la voluntad de Dios”.

Zumaque: Era abundosa en zumaque, un arbusto de unos tres metros de altura, con tallos leñosos, hojas compuestas de hojuelas ovales, dentadas y vellosas. Sus flores primero son blancas y después encarnadas, con un fruto redondo y rojizo. Se empleaba por los zurradores para curtir la piel y darle color por el mucho tanino del zumaque.

MESEGAR

Aldea de la jurisdicción del Conde de Montalbán, estaba en reino y arzobispado de Toledo, arcedianazgo de Talavera y arciprestazgo de San Olalla.

Tierra templada, un pueblo muy sano, situado a media ladera y terreno barrancoso.
Aceite: En poca cantidad.
Árboles: Había una dehesa de encinas negras y blancas.
Carencias: La sal la traían de Espartinas, a catorce leguas.
Cereales: Se labraba con bueyes y mulas. Se cogía pan (trigo y cebada) y vino. Tierra de labranza con una producción anual de 6.000 fanegas.

Fiestas: San Sebastián, San Antón, San Juan de mayo y la Cruz de la Batalla (16 de julio).

Fruta: Gran cantidad de higueras y granados, ciruelas, perales y cermeños: “y esto muy en abundancia”. Había numerosas huertas de granados con mucha producción: se pagaba de diezmo 100.000 granadas.

Ganado: Sus ganados podían pastar en los montes de Montalbán. Era tierra de buena cría de ganado ovejuno, cabruno y vacuno.

Hortaliza: En los dos valles del término había grandes huertas por la abundancia de fuentes.
Leña: Lo traían de los montes de Montalbán: fresno, tamujos, acebuches y coscoja (chaparro), retamas y mata parda.
Materiales de construcción: Las casas eran casas llanas de aldea, menos algunas hechas de cal, ladrillo y piedra “lo cual se cría junto al pueblo”.
Molinos: Molían en las aceñas de río Tajo.
Nivel económico: Gente labradora sin ningún hidalgo.
Vecinos: Tenía 100 vecinos

Vino: Se producía vino en poca cantidad.

NOVÉS

Aldea de la jurisdicción de Toledo, del reino y arzobispado de Toledo y arciprestazgo de Rodillas.

Situado en tierra templada, llana y sana. Era abundoso en fuentes.

Aceite: Había una dehesa pequeña poblada de olivas. En el término se cogía buen aceite. El diezmo de las minucias, en que entraba la aceituna, valían 50.000 maravedíes
Árboles: En la dehesa había alguna encina. Y en un bosque cercado había álamos negros, propiedad del concejo.

Caza: Liebres y conejos en poca cantidad.
Cereales: Se cogía buen pan: 7.000 fanegas (trigo y cebada). El diezmo valía 70 cahíces
Concejo: El concejo tenía dos bodegones, una carnicería y una tienda. Además del aceite del almotacenazgo, que era el servicio municipal para contrastar las pesas y medidas.

Fiestas: El sábado Quasimodo y Santa Bárbara.

Ganado: No había pastos para el ganado.

Hortaliza: Había una huerta de regadíos “y se coxe de ella mucha hortaliza, higos, aceitunas y granadas”.
Leña: Falto de leña, ser servían de los restos de la poda de árboles y olivas y además la traían de los montes de la Torre de Esteban Hambrán y de Santa Cruz del Retamar.
Materiales de construcción: No había madera para edificar y la traían de las sierras de Ávila. Las casas eran de tapias de tierra y rafas de ladrillos, que se hacían en Novés además de las tejas. La piedra se traía de Olveite, la cal de Malpica y la madera se compraba a los serranos en el mercado de Torrijos.
Molinos: Molían n los molinos del Tajo y en los del arroyo de San Silvestre.
Nivel económico: La gente era pobre más que rica: vivían de la labranza y de algunos oficios.
Tierras de cultivo: Era buena tierra de labranza. Al ser pequeño el término, los labradores tenía que salir a tierras de Maqueda y de otros sitios.
Vecinos: Tenía 340 casas de vecinos.

Vino: El diezmo del vino valía 17.000 maravedíes.

OTERO
Era aldea de la jurisdicción del Conde de Orgaz, en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazo de Santa Olalla.
Tierra rasa y sana.
Cereales: Un prado boyal del concejo de 20 fanegas de tierra, el año que se sembraba, se repartía entre los vecinos.

Fiestas: San Miguel de mayo.

Ganado: Había pocas ovejas.

Impuetos: El Conde de Orgaz tenía 400 maravedíes de aprovechamientos.
Leña: Era falto de leña, que traían de Cardiel.
Materiales de construcción: Casas de planta baja (“llanas”) con paredes de tapiales de tierra. Las tejas y los ladrillos los hacían en el pueblo. La madera la traían de fuera.
Molinos: Molían el trigo en los molinos del Tajo.
Nivel económico: Vivían de su trabajo. Había dos hidalgos.
Vecinos: Había 36 vecinos.

PORTILLO

Aldea de la ciudad de Toldo, estaba situada en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Rodillas.

Es llano, tierra liviana, sin montes. Es sano.

De clima templado.
Carencias: No tienen sal. La adquirían en Espartinas, cerca de Ciempozuelos.

Caza: Conejos, liebres y perdices. En un bosque del Duque de Maqueda había además gamos y lobos.

Fiestas: Los Mártires, San Antón, San Juan Ante Portam Latinam y Santa Ana.

Leña: Era falto de leña. La traían de la Torre de Esteban Hambrán. Y otras veces de los montes de encinas de Villa del Prado (a 4 leguas).
Materiales de construcción: Las casas eran de piedra y tierra y algún ladrillo. La madera de pino y la piedra la traían de fuera.

Mercado: Se informa de los mercados de Fuensalida (los viernes, que no era franco) y el mercado de Torrijos, que se hacía los miércoles (“buen mercado y es mercado franco”).
Molinos: Iban a moler al Tajo, al Alberche y a los molinos de Mayuela.
Nivel económico: Había 20 labradores, los demás eran jornaleros y trabajadores. Había un hidalgo.
Vecinos: Había 140 vecinos. No crecía más por ser muy pequeño el término.

PUEBLA DE MONTALBÁN

Villa situada en el reino de Toledo (a cinco leguas), arzobispado de Toledo y arciprestazgo de Rodillas. Pertenecía al Conde de Montalbán.

De clima templado.
Aceite: Se producía buen aceite, aunque no en cantidad.
Carencias: “lo que más necesidad padece es de pescado de mar, por estar lexos y de sal que se bastece de Espartinas”.

Caza: conejos, liebres, perdices, venados, puercos, jabalíes y gamos. Los desmontes realizados por el Conde habían hecho desparecer “la mayor parte de la caza e salvajinas”.
Cereales: “se coge gran cantidad de pan”: trigo, cebada, centeno, garbanzos, alcarcena (yeros). Se cogían en la villa y su tierra unas 80.000 fanegas de trigo. “Es buena tierra de pan”.
Colmenas: A causa de estas roturas de montes se habían perdido gran cantidad de colmenas de vecinos particulares, que estaban separadas 400 sogas (ocho varas y media, cada vara 835,905 mm). Pero seguía produciéndose “muy linda miel, la mejor que se dice haber en España, la más blanca y mejor que había en España”.

Fiestas: Todas las que la Iglesia mandaba guardar y San Miguel (8 de mayo) y, por voto, Nuestra Señora de la Paz (24 de enero).

Fruta: Por el término pasaban los ríos Tajo, Torcón y Cedena. En sus riberas había varias huertas importantes, que producían albaricoques, guindas menudas y algarrobos (para alimentación humana y animal), manzanas, xabier, peras cermenas (pequeñas y muy sabrosas), cermenas, ciruelas de todas las variedades.

En las huertas de la ribera del Torcón se producían peras, manzanas, melocotones, duraznos (otra variedad de melocotón), guindas, ciruelas y “níspulas” (nísperos)

Frutas silvestres: cerezos silvestres (“cerezas prietas”), manzanos maíllos, de ramas espinosas y fruto pequeño de sabor áspero.
Ganado: Los pastos de los vecinos eran los montes comunales, pero como consecuencia de la rotura de montes había disminuido el número de vacas por no tener “pastueros” así como el número de cabras por no poder hacer majada. Se criaban cabritos.
El Conde tenía doce dehesas, que arrendaba para el invernadero, siendo el agostadero de los vecinos.

Hortaliza: Cohombros (pepinos más largos y torcidos), pepinos, ajos, cebollas, habas, nabos, berenjenas, rábanos, lechugas. Y espárragos “así sotenos como campíos los mejores que hay en España”.

Se criaban muy buenos melones, que se llevaban a vender a Madrid, a Toledo y a otras partes.

Lácteos: Era notable la producción de leche y de “queso cabruno y ovejuno muy bueno”: y añade “quesos y quesillos muy buenos”.
Lana: Algunos vecinos vivían del oficio de la lana, “la cual se labra muy bien”. En Gramosilla Gutierre de Guevara tenía un batán para lavar y desengrasar paños y lana.

Muchos vivían de la labor de la lana y paños, “que se labran bien en esta villa”.

Leña y carbón: La Puebla de Montalbán, en sus buenos montes, era abundosa en leña: madroñales, romerales y encinares. Proveía de leña y carbón “a mucha parte del reino de Toledo”. Esta producción había disminuido como consecuencia del desmonte realizado por el Conde de Montalbán.
En el monte que había junto al Torcón se criaban robledales, trexos, quejigos y acebos.
Materiales de construcción: Había abundancia de cal, ladrillos y tierra para edificar. El Rey Don Pedro concedió el privilegio para que se eligiesen dos hombres de bien, que fuesen “alcaldes”, para que ellos mismos mandasen hacer las cortas de madera para casas y otras cosas en el “robledo de Montalbán y en los montes de la tierra”. Había algunas canteras de piedra berroqueña.
Las casas eran de piedra y cal y algunas de piedra berroqueña “y de buenos materiales, de que hay abundancia en la juridicion del dicho pueblo”.

Mesta: En el término había uno de los tres puertos de la Mesta Real. El puente de Montalbán era de madera y estaba en muy mal estado, cayendo al río muchas cabezas de ganado.

Desde tiempos de la Reina Doña Leonor, la Mesta estaba obligada a pagar tres florines por cada millar de ovejas que pasaran por el puente, para que se hiciera de piedra. Lo cobraba el Conde.

Mercado: Era Mercado franco, concedido a la villa por el Rey Juan II (1405-1454). Se celebraba todos los jueves. No se pagaba alcabala (tributo) por lo que se vendía y así se respetaba por los señores de Montalbán, que tenían el derecho de alcabala en todas las demás compraventas.
Minas: Cerca de Melque y Carrascosa (a dos leguas de la villa) “han parecido tres o cuatro minas de plata, las cuales probadas se han hallado ser mucha más la costa que el principal”. Eran minas de plata, plomo y azogue “las cuales no ha sido casi nada”.
Molinos: El Conde de Montalbán tenía varios molinos de tres ruedas, situados junto al puente sobre el Tajo, que rentaban 500 fanegas de trigo. Había molinos también en Gramosilla de cuatro ruedas (con una renta de 500 fanegas de trigo), propiedad de Gutierre de Guevara, que también tenía allí un batán para lavar y desengrasar paños y lana. Más abajo estaban los llamados “Molinos de las Monjas”, con una renta de 500 fanegas de trigo.
Nivel económico: la mayor parte eran pobres. Había tres o cuatro ricos con 6.000 ducados de hacienda. El ducado en tiempos de Felipe II equivalía al salario de un obrero especializado durante una semana (400 maravedíes cada ducado). Más de 600 vecinos vivían “de su trabajo de sus manos”. Algunos vecinos tenía viñas, olivares y tierras, pero en poca cantidad.
La mayor parte de los vecinos eran “gente muy pobre tanto que si no es del trabajo de sus manos no tienen que comer”. Había muchos pobres y ningún rico.
Pesca: En el Tajo, sobre todo, se pescaban barbos, anguilas, bogas y otros peces más pequeños como los cachuelos, de unos ocho centímetros de largo, de color azulado por el lomo y blanco amarillento por el vientre.
En la “nascencia” del Cedena se criaban truchas.
Tierras de cultivo: El Conde había vendido a vecinos de la villa 20.000 fanegas de montes públicos concejiles.
Vecinos: Tenía 800 vecinos (setecientas casas de morada). Su vecindario estaba compuesto por labradores y oficiales y “gente de huelga”, once hidalgos, que devengaban “quinientos sueldos según fuero de España”.

Vino: Se hacía buen vino: “maravilloso” vino aloque (clarete) y blanco, que aunque no tenía mucha fama “hailo muy bueno y sano porque no tiene adobo ninguno”

QUISMONDO

Aldea de Maqueda. En el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Maqueda y arcedianazgo de Talavera. Pertenecía a la jurisdicción de los Duques de Maqueda.

Situado en tierra llana, templada y sana.

Caza: Liebres, conejos y perdices, “aunque todo poco”.
Cereales: Vivían de la labranza: trigo y cebada. De los demás panizos y semillas, muy poco (el diezmo era de 25 cahíces).

Fiestas: San Sebastián, la Cruz de Mayo y Santa Marina y el 14 de septiembre la Santa Cruz.

Ganado: Muy poco ganado por no haber pastos.

Impuestos: El Duque de Maqueda no tenía más que la tercia del montón del diezmo “y cuatrocintos maravedis que le da este pueblo de costumbre en cada un año”.
Leña: Falto de leña, que traen y de la Torre de Esteban Hambrán y de los montes del Prado (Villa del Prado), al que iban entre montes, cruzando el Alberche en un barco.
Materiales de construcción: Algunas casas tenían sobrado. Las demás eran de teja vana y piedra aguja. Los materiales venían “de otros pueblos mercados”.
Molinos: Molían en el Tajo a cuatro leguas.
Nivel económico: No era gente rica, sino labradores y de “poca labranza”.
Vecinos: Había 115 vecinos: 20 viudas y viudos. Anteriormente tenía 60. Eran labradores y trabajadores. Ningún hidalgo.

Vino: Se cogía poco vino. Iban a comprarlo Fuensalida y a la Torre de Esteban Hambrán.

RIELVES

En el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Rodillas. El pueblo era del Rey.

Tierra llana templada, llana y sana.

Caza: Muy poca caza de perdices.
Cereales: Se recogían 7.000 fanegas de pan (trigo y cebada)

Ganado: El poco ganado ovejuno que había pastaba en dos dehesas pequeñas que tenía el concejo.
Leña: Falto de leña, que traían de la ribera del Tajo.
Materiales de construcción: Las casas estaban hechas de tierra “plena” con unas rasas de ladrillo, siendo los cimientos de piedras traídas de Barcience y del término de Huecas. La cal se traía de La Puebla de Montalbán.
Molinos: Iban a moler a los molinos que tenía en el Tajo el Mariscal Juan de Rivadeneyra, a los de el Conde de Cifuentes y a otros de las monjas de San Clemente de Toledo.
Nivel económico: Los vecinos eran labradores y tres hidalgos. Todos eran trabajadores, no había hombres de renta. Doce vecinos eran ricos y el resto, pobre.
Vecinos: Tenía 165 vecinos y 150 casas.

Venta: En el camino real de Toledo a Valladolid había una venta de Alonso Romo, que valía 10.000 maravedíes de renta. También había un mesón.

Vino: “La mayor falta que el dicho pueblo tiene es de vino porque en el dicho lugar no hay viñas y se proveen en Fuensalida y Camarena y de La Puebla”.

SAN SILVESTRE

Villa situada en el reino de Toledo (a cinco leguas), arzobispado de Toledo y arciprestazgo de Maqueda. Pertenecía al Duque de Maqueda.

Era tierra fría, llana, rasa y lugar enfermizo. Los informantes de Caudilla dicen que San Silvestre tenía un arroyo con algunas casas de molino de pan a una rueda. Se decía que era muy enfermo por el arroyo y el verdor del soto “y questa sitiado contra solano”.

Sin montes. La mayor parte del término era propiedad del Duque de Maqueda.

Caza: No se criaban otros animales que liebres y conejos. En un soto de alameda y fresneda, que era del Duque, había conejos y unos seis gamos que había echado el Duque.
Cereales: Se cogían 1.000 fanegas de trigo. El diezmo del trigo se arrendaba por 8.000 cahíces.

Fiestas: Todos los domingos y fiestas de guardar, San Silvestre (31 de diciembre), San Juan de Mata (17 de diciembre) y San Gregorio Nacianceno (2 de enero).

Fruta: En las huertas del Duque se criaban árboles frutales como cermeñas oledoras, guindas, garrobales “y otras frutas mas baxas”. De frutas, aceitunas y vino, el diezmo era de 14.000 maravedíes.

Ganado: Había una dehesa pequeña para que pastara el ganado. Pero se criaba muy poco por la falta de dehesas. El diezmo de corderos, queso y lana valía unos 12.000 maravedíes.
Leña: Era falta de leña. La traían de un monte que había a dos leguas.
Materiales de construcción: Las casas eran de planta baja, sin doblados. Traían la madera de Cebreros y Cadalso y la teja y el ladrillo, de Novés. La cal de Malpica y Valdepusa.
Molinos: En el arroyo había dos molinos de trigo del Duque, que rentaban al año 160 fanegas de trigo. A veces iban a moler al río Tajo.
Nivel económico: Los vecinos eran gente pobre y no tenían “ningunas grangerías sino labranza y trabaxo”.
Pesca: En el arroyo se criaban algunos bermejuelos.
Rentas del Duque: la renta de los molinos y 15.000 maravedíes de las alcabalas, la renta de sus tierras, huertas y un majuelo y también la renta de un mesón de su propiedad.
Tributos: La villa estaba libre de moneda forera y del servicio de Su Majestad. Sólo se respetaba el primero de estos privilegios.
Vecinos: Tenía 35 vecinos, que eran labradores y trabajadores del campo. No había ningún hidalgo.

SANTA CRUZ DEL RETAMAR

Villa en el reino y arzobispado de Toledo, arciprestazgo de Maqueda.

Estaba asentada en tierra llana y no montosa. Era templada y sana.

Antigua aldea de repoblación desaparecida, fue de nuevo poblado por Gutierre de Cárdenas a finales del siglo XV.

Fiestas: Nuestra Señora de la Paz.

Ganado: Criaban ganado ovejuno, cabrío, boyuno y porcino.
Leña: Pobre de leña, al no tener monte. Traían la leña de La Torre de Esteban Hambrán y de los “bedugales” de Maqueda.
Materiales de construcción: Las casas estaban hechas de tierra y piedras pequeñas y de ladrillos fabricados en el pueblo. La cal la traían de Malpica, a siete leguas.
Molinos: Iban al Tajo, a otros llamados Mayuela y Tordillos y a otros del arroyo de San Silvestre.
Nivel económico: La gente vivía de labranza y crianza.
Sal: Traían la sal de Espartinas, junto a Ciempozuelos, para personas y ganados.
Vecinos: Tenía 100 vecinos.

SANTA OLLA

Villa situada en el reino de Toledo, arzobispado de Toledo, cabeza del arciprestazgo de su nombre.

Tierra templada , llana y sana y sin montes.

Estaba rodeada por una cerca de tierra con tres puertas torreadas.

Aceite: Se recogía aceite “medianamente”.

Caza: Sólo había algunas liebres y conejos. El Conde tenía un bosque cercado, poblado de encinas y monte bajo con gamos, liebres y conejos.
Cereales: Tierra de mediana labor, en se cogía cada año 20.000 fanegas de pan (trigo y cebada).

Fiestas: El Triunfo de la Santa Cruz (16 de julio), Santa Brígida (23 de julio) y Santa Olalla.

Ganado: La villa tenía un privilegio del Rey Alfonso el Emperador para que su ganado pudiera pastar en términos de Toledo hasta el Guadiana y el Alberche. Pero no se respetaba.

Impuestos: El Conde de Orgaz tenía derecho de portazgo, que le rentaba más de 200.000 maravedíes. Y también las alcabalas por su Majestad, que le reportaban 3.000 ducados.
Leña: Tiene poca leña y se provee de ella en Valdepusa y Cardiel.
Materiales de construcción: Las casas eran de tierra, cal y ladrillo. La madera la traían de la sierra.

Mercado: Se hacía mercado todos los lunes. No era franco. “Solía ser bueno y muy nombrado y ya no lo es”.
Molinos: Iban a moler al Tajo y a unos molinos que había en el arroyo de Maqueda.
Nivel económico: Los vecinos en su mayor parte eran pobres: labradores y trabajadores.
Producción: era tierra de pan, vino y aceite en mediana cantidad y alguna fruta. “Todo lo demás es de acarreo”.
Vecinos: Cuatrocientos vecinos y ciento cincuenta en poblados anejos. Había quince casas de hidalgos.

Vino: “cogese vino medianamente”.

TORRIJOS

Villa muy antigua, situada en el reino y arzobispado de Toledo, era cabecera del arciprestazgo de Rodillas y estaba bajo la jurisdicción del Duque de Maqueda.

Era de asiento llano y sano. Clima templado.
Aceite: En su término había muy buenos olivares, de lo mejor del reino de Toledo. Había 28 molinos de aceite.

Caza: En el término sólo había liebres y conejos. “No se crían en ella salvajinas ni otras cazas ni monteses”.

Cerca: La cerca que rodeaba la villa estaba hecha parte de tapiales de cantos gruesos, otra parte de piedras y otra parte de hormigón y rejas con su homenaje en lo alto con algunas torres. Tenía cuatro puertas coronadas con los escudos de los Cárdenas y Enríquez.
Cereales: Había falta de labranza de pan; pero de los pueblos cercanos lo traían a vender en grano y cocido.

Fiestas: San Gil y Santa Brígida.

Ganado: En el camino de Toledo había una pequeña dehesa de una yugada, donde pastaba el poco ganado de los vecinos de Torrijos.

El Rey Juan II había concedido al ganado de Torrijos el poder entrar en tierras de Toledo.

Hortaliza: Había algunas huertas de regadío a base de noria. Pocos árboles como guindos y ciruelas.

Jabonerías: Había también doce jabonerías, “donde se hace xabon a la aceituna y buenos xabones”.
Leña: Se proveían de leña de las olivas y de las viñas y de los lugares comarcanos, que lo traían a vender a Torrijos.
Materiales de construcción: Destacaba la Casa de los Duques de Maqueda. Dentro de la villa los edificios de las otras casas del lugar eran de mampostería de cal y canto y ladrillo, con cimiento y rejas y ventanales. Y en los arrabales había también algunas casas muy buenas de jabonerías y viviendas de particulares.
Los materiales los había en el pueblo menos la cal y piedras para la mampostería a dos y tres leguas.

Mercado: Desde tiempo inmemorial había mercado franco en todas las cosas todos los miércoles del año, incluida toda la cuaresma, que era feria franca.

Molinos: La molienda del trigo la hacían en el río Tajo.
Nivel económico: Como trabajadores del campo tenían poco y se sustentaban de los jornales que ganaban. Había personas ricas por sus heredades de viñas y olivas y por el negocio de las jabonerías y los buenos comercios.
Se trabajaba el aceite y el jabón muy bien (“tan bien como en toda España”). Había relaciones comerciales con muchas partes del reino de España, especialmente con toda la tierra de Campos.
Los moriscos que vivían en Torrijos como consecuencia del reparto hecho por el Rey eran pobres.
La gente común vivía bien de su trabajo, “que hay bien de que ganar de comer”.
Tierras de cultivo: Término muy peque, muchos labradores salían a labrar fuera de él.
Tributos: La villa tenía las alcabalas (100.000 maravedíes al año) y otros tributos antiguos. “Ningunas otras personas tienen preeminencia ni señorío en esta villa”. Era de la jurisdicción del Duque de Maqueda.
Vecinos: Había 750 vecinos, sin contar los moriscos, y 17 hidalgos. En el año 1570 había llegado a Torrijos procedentes de Andalucía 80 familias moriscas.

Vino: En su término había muy buenas viñas.

VAL DE SANTO DOMINGO

Era aldea de la jurisdicción de Maqueda, en el reino, provincia y arzobispado de Toledo.

Tierra llana, templada y sana donde había muchos viejos de noventa o cien años.
Aceite: Había unas 20.000 olivas. El dueño de estas olivas se arrendaba en 150.000 maravedíes. “Hay olivas en cantidad”.
Ponen de manifiesto la necesidad de podar las olivas: “es un árbol que si no lo cortan se envejece y no da fruto y asi las cortan para que se renueven y den fruto”.
La parroquia era propietaria de 600 olivas. Los frailes de la Sisla tenían 1.100 olivas, 50 fanegas de tierra y una casa con un molino de aceite.

Caza: Muchas liebres, conejos y perdices debido a que el Duque de Maqueda tenía acotado este término y el de la villa de Maqueda.
Cereales: El montón del pan (trigo y cebada) del diezmo se arrendaba en cuarenta cahíces al año.
Dehesa Boyal: Había una de 70 fanegas de tierra. La mitad de ella se daba gratis al carnicero que se obligaba así a dar carne a la población y la otra mitad se arrendaba para las ovejas en 12.000 maravedíes.
Tenía el concejo otra dehesa junto a las tapias del pueblo (80 fanegas de tierra), que se arrendaba para los becerros o para sembrar, por cuyo arriendo daban al concejo 30.000 maravedíes

Fiestas: San Blas y San Sebastián.

Ganado: El diezmo de los corderos, lanas y queso se arrendaba en 10.000 maravedíes.

Hortaliza: Algunos huertos, que no se regaban, en los cuales había higueras, granados y manzanos.
Leña: Había falta de leña, usando la de la poda de los olivos.
Materiales de construcción: Ninguna casa tenía sobrado alto. Estaban hechas con cimiento de piedra y las tapias eran de tierra. Llevaban madera de pino. La cal venía de Malpica y la piedra la traían de Olveite en término de Novés.
La madera se la compraban a los serranos que venían al mercado de Torrijos.
Molinos: Iban a moler al Tajo y en inverno a los arroyos de San Silvestre y Maqueda.
Nivel económico: Había unos cincuenta labradores de un par de bueyes, que tenían una viña y la casa donde vivían. El resto de los vecinos eran trabajadores, que vivían del trabajo de sus manos. La mayoría era gente necesitada. Había tres o cuatro labradores de dos mil, de quinientos y de doscientos ducados. Dos hidalgos vivían allí.
Tierras de cultivo: No había montes, excepto muy pocas encinas (cuatrocientos pies).
Tributos: El Duque de Maqueda tenía las alcabalas, que se concertaba con el concejo en 40.000 maravedíes y veinte pares de gallinas. El Duque tenía arrendadas las tiendas del vino y del pescado en 20.000 maravedíes y quería arrendar la carnicería.
Cada vecino que tuviera casa o viña tenía que pagar al Duque “el marzo”: 30 maravedíes. Recibía además la veintena de la lana y la tercia del montón del diezmo del pan, de los corderos, del queso, de la lana y del vino. “Y también tiene veinte riales del pedido del maestre”.
También tenía el Duque de Maqueda “el portazguillo”: por cada bestia que se vendía le daban medio real y de los arriendos recibía como hasta quince reales.
Vecinos: Había 120 vecinos.

VILLAMIEL

Aldea de la ciudad de Toledo en el reino y arzobispado de Toledo, aunque eclesiásticamente era de la jurisdicción de la Orden de San Juan.

Tierra llana y sana.

Aceite: El aceite lo traían de Torrijos, Novés y Fuensalida.
Leña: Falto de leña, en el término sólo había retamas y tomillo. De encina traían de Camarena.
Materiales de construcción: Las casas eran bajas con cimientos de piedra.
Nivel económico: La mayoría eran gente pobre, menos ocho labradores de cuatro o tres arados. Todos los demás era jornaleros cavando o segando.
Vecinos: Tenía 91 vecinos y 90 casas.